Jerusalén.- Yarden Bibas, cuya esposa e hijos fueron asesinados en cautiverio, solicita la intervención del presidente estadounidense para poner fin al conflicto.
El exrehén israelí Yarden Bibas, cuya esposa de origen argentino y dos hijos pequeños fueron asesinados mientras estaban retenidos en Gaza, pidió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que presione a Israel para detener la guerra y rescatar a los rehenes que aún permanecen en el enclave palestino.
En su primera entrevista tras ser liberado en febrero, Bibas aseguró que la reanudación de los bombardeos y ofensivas militares en Gaza no facilitaría el rescate de los secuestrados.
«Por favor, detenga esta guerra y ayude a traer de vuelta a todos los rehenes», expresó Bibas en una entrevista con 60 Minutes de CBS News, emitida el domingo.
«Trump es el único que puede detener esta guerra»
Bibas insistió en que el presidente estadounidense tiene el poder de frenar el conflicto.
«Estoy aquí por Trump, estoy aquí sólo por él. Creo que es el único que puede detener esta guerra de nuevo», afirmó.
Una familia convertida en símbolo
El 7 de octubre de 2023, militantes de Hamás secuestraron a Bibas, su esposa Shiri y sus hijos Ariel (4 años) y Kfir (8 meses) durante el ataque que desató la guerra.
La familia se convirtió en un símbolo de la tragedia de los rehenes en Israel.
Las autoridades israelíes acusan a Hamás de haberlos asesinado a sangre fría, aunque el grupo islamista aseguró en noviembre que murieron en un bombardeo israelí. Sus cuerpos fueron devueltos en febrero, junto con la liberación de Bibas.
«Los bombardeos daban miedo»
Bibas relató su experiencia como rehén y la constante amenaza que representaban los ataques aéreos israelíes sobre Gaza.
«Los bombardeos daban miedo, no sabes cuándo van a ocurrir y, cuando ocurran, temes por tu vida», dijo a CBS News.
58 rehenes siguen en Gaza
De los 251 rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre, 58 aún permanecen en Gaza, según el ejército israelí. Al menos 34 de ellos estarían muertos.
La tregua desde enero permitió la liberación de 33 rehenes israelíes, incluidos algunos fallecidos, a cambio de la liberación de unos 1.800 palestinos detenidos en Israel.
El 18 de marzo, Israel reanudó los bombardeos y una nueva ofensiva terrestre, poniendo fin a un alto al fuego de casi dos meses.
