Escultura de San Miguel Arcángel en los predios de la Basílica de Suyapa. Fotografías de Leone Estrada.

Esta festividad, marcada por la veneración a San Miguel, ha perdurado a lo largo de los siglos, y las esculturas que lo representan en la ciudad son testimonios visuales de esta tradición arraigada.

Cada 29 de septiembre, Tegucigalpa rinde homenaje a San Miguel Arcángel, y en el año 2023, la ciudad celebra su 445º aniversario desde su fundación. Este breve artículo ofrece información sobre la festividad religiosa, la historia y la iconografía de San Miguel Arcángel en Tegucigalpa.

La imposición de santos por parte de los españoles en los pueblos durante la época de la colonización tuvo su origen en la influencia del catolicismo, la religión predominante en España en ese momento, y sirvió como una herramienta importante para establecer el control colonial y promover la evangelización. Los colonizadores españoles trajeron consigo sus creencias religiosas y buscaron convertir a la población indígena al cristianismo.

En este contexto, San Miguel Arcángel era un santo particularmente relevante en la tradición católica, asociado con la protección y la lucha contra el mal. Los españoles promovieron la veneración de San Miguel y otros santos como parte de su estrategia de evangelización y control cultural.

Esto a menudo involucraba la construcción de iglesias y la promoción de festividades religiosas en honor a estos santos. Con el tiempo, estas festividades religiosas se entrelazaron con las tradiciones y creencias indígenas, dando lugar a nuevas celebraciones y ferias que incorporaron elementos de ambas culturas.

Relación de San Miguel Arcángel con Tegucigalpa

El historiador Mario Felipe Martínez Castillo cuestionó la relación histórica de San Miguel Arcángel con la ciudad de Tegucigalpa. En su texto Apuntamientos para una historia de Tegucigalpa, explica que inicialmente se creía que Tegucigalpa había sido fundada el 29 de septiembre, día de San Miguel, debido a la costumbre de los españoles de nombrar ciudades en honor a los santos del día de su fundación. Sin embargo, esta afirmación se basaba en especulaciones y no en evidencia histórica sólida.

El texto argumenta que Tegucigalpa nunca fue realmente «fundada» en el sentido convencional, sino que surgió de manera más aleatoria. Además, Martínez Castillo señala que no hay evidencia histórica de que San Miguel estuviera asociado con el nombre de Tegucigalpa en documentos anteriores a 1768. Parece entonces que el culto a San Miguel Arcángel pudo haberse originado en el último cuarto del siglo XVIII en Tegucigalpa y desde entonces se han erigido diversas esculturas en la ciudad.

Las jerarquías angélicas

Las jerarquías angélicas, según el teólogo Pseudo Dionisio Areopagita, dividen a los ángeles en tres grupos importantes, cada uno con su función en la divina jerarquía. San Miguel es uno de los arcángeles más destacados en la tradición cristiana y se le representa con una armadura de caballero, un casco, un escudo con la inscripción «Quis sicut Deus?» (¿quién como Dios?), una lanza y una espada flamígera.

Una de las representaciones más icónicas de San Miguel es su lucha contra el dragón o la expulsión de los ángeles rebeldes, basada en el Libro del Apocalipsis, simbolizando su papel como vencedor del mal y protector de la fe.

Los arcángeles Miguel en Tegucigalpa

En Tegucigalpa, se ha identificado al San Miguel Arcángel del retablo principal de la Catedral Metropolitana como una de las representaciones más antiguas y notorias de este arcángel. Este San Miguel Arcángel se encuentra en una postura firme y protectora, de pie y apoyado con su mano derecha sobre su lanza. Su vestimenta es elegante y vaporosa, en contraste con la usual indumentaria de un guerrero.

En los patios laterales del mismo recinto católico, se encuentra otra escultura de San Miguel. En esta representación, San Miguel porta un yelmo adornado con plumaje y escudo, mientras que el resto de su vestimenta es similar a la de los demás arcángeles, con un faldellín, túnica, manto y calzado con botines de tela. En esta imagen, San Miguel está representado venciendo al demonio, como el arcángel que derrota a los demonios, en este caso, al demonio en particular.

Otra escultura de San Miguel Arcángel está instalada en la Plaza de Los Dolores y parece estar hecha de bronce. Su postura es la de un guerrero, similar a la escultura que se encuentra en el interior de la Catedral.

En los alrededores de la Basílica de Suyapa, también se puede apreciar otra escultura dedicada a San Miguel. En esta representación, como en la mayoría de las esculturas en la capital, San Miguel aparece venciendo a un demonio de semblante enfurecido que se resiste a la fuerza del arcángel.

Por último, dentro del histórico mercado San Miguel, existe una modesta capilla que exhibe una escultura de San Miguel. En esta representación, el arcángel viste una túnica dorada y lleva una corona. Además, porta una rodela con la inscripción «Quién Como Dios» y una espada en la cintura.

Concluyendo, la celebración anual en honor a San Miguel Arcángel en Tegucigalpa representa un vínculo profundo entre la herencia católica de la época colonial y la rica diversidad cultural de la región. Esta festividad, marcada por la veneración a San Miguel y su papel como protector contra el mal, ha perdurado a lo largo de los siglos, y las esculturas que lo representan en la ciudad son testimonios visuales de esta tradición arraigada.

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por Yonny Rodríguez

Máster en Comunicación Corporativa, periodista e investigador cultural. Cuenta con más de 14 años de experiencia en temas relacionados con la difusión cultural e histórica en Honduras. Interesado en la lectura, la escritura, la tecnología, el arte, la cultura pop y las redes sociales. En 2018, el Estado de Honduras le otorgó el Premio al Periodismo Cultural.