¿Quiénes son los diputados de partidos pequeños que entran al nuevo Congreso?
TEGUCIGALPA.- Mientras el escrutinio especial avanza en las instalaciones del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) y el país espera la declaratoria final, el nuevo Congreso Nacional de Honduras ya perfila un dato clave: solo dos partidos pequeños lograrán representación legislativa en el próximo período. Se trata de una curul para la Democracia Cristiana y una para el PINU-SD, ambas obtenidas en el departamento de Francisco Morazán.
A diferencia de las grandes bancadas —que concentran decenas de diputados— estas dos curules emergen como casos excepcionales en un Congreso dominado por Nacional, Liberal y Libre. Sin embargo, su peso político no será menor en un Legislativo sin mayorías absolutas, donde cada voto cuenta.
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El primer diputado de partidos pequeños que logra ingresar es Godofredo Fajardo Ramírez, del Partido Demócrata Cristiano de Honduras. Fajardo alcanzó 65,631 votos en Francisco Morazán, convirtiéndose en el diputado minoritario con mayor respaldo electoral a nivel nacional. Su votación, aunque distante de los líderes del ranking general, le permitió asegurar una curul en uno de los departamentos más competitivos del país.
El segundo caso corresponde a José Carlenton Dávila Mondragón, del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD). Con 28,536 votos, Dávila logra mantener la presencia histórica de su partido en el Congreso, aunque con una base electoral considerablemente menor frente a otras fuerzas que compitieron en la capital.
La diferencia entre ambos diputados de partidos pequeños se vuelve más evidente al compararlos con el diputado más votado del país hasta ahora, Carlos Alberto Umaña David, del Partido Liberal, electo por Cortés con 150,876 votos. Frente a esa cifra, Fajardo queda 85,245 votos por debajo, mientras que Dávila registra una brecha de 122,340 votos respecto al líder nacional en votación individual.
Este contraste expone con claridad el desbalance electoral entre departamentos de alta carga poblacional y aquellos donde los partidos pequeños logran abrirse paso. Aun así, en un Congreso fragmentado, una o dos curules pueden resultar decisivas para inclinar votaciones clave, especialmente en temas de presupuestos, reformas o acuerdos políticos de alto impacto.
Con la validación final aún pendiente, estos dos diputados llegarán al hemiciclo con un reto evidente: convertir una representación numéricamente limitada en influencia política real dentro de un Congreso donde la negociación será permanente.