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El FMI pronostica un crecimiento global del 3,3% y una inflación de 4,2% para 2025, reflejando una recuperación económica mundial más lenta. Aunque estas cifras son menores que la media histórica, muestran una estabilización gradual de las principales economías.

Las economías avanzadas experimentarán una disminución más rápida de la inflación, mientras que los mercados emergentes tendrán una desaceleración más lenta. Estados Unidos jugará un papel clave en el crecimiento mundial, con proyecciones de mejora en el corto plazo a pesar de los desafíos internos.

Proyecciones para Latinoamérica y el Caribe

Se espera que Latinoamérica y el Caribe crezcan un 2,5% en 2025, con un entorno económico moderado debido a incertidumbres globales y factores climáticos adversos que afectan la producción.

El FMI anticipa una caída del 2,6% en los precios de las materias primas energéticas, principalmente por la baja demanda de China y el aumento de la oferta fuera de la OPEP+, aunque el conflicto en Oriente Medio podría generar disrupciones adicionales.

Perspectivas para los productos no energéticos y los alimentos

Los precios de los productos básicos no energéticos, como alimentos y bebidas, aumentarán un 2,5% debido a malas condiciones climáticas que afectan a los grandes productores, lo que podría generar presión inflacionaria en varias regiones.

El FMI subraya la importancia de que las políticas fiscales y monetarias se ajusten para equilibrar la inflación con el crecimiento. Además, destaca que los gobiernos deberán adoptar reformas estructurales para fortalecer las perspectivas a mediano plazo en un entorno global incierto.