Tegucigalpa, Honduras. Ver el casco y no la causa es como ver el árbol y no el bosque. Con la medida anunciada por la presidente Xiomara Castro, aceleran los motociclistas y acelera el gobierno; ambos con la misma irresponsabilidad.

La disposición llegó con la misma prisa con la que muchos motociclistas provocan accidentes: acelerando sin mirar las consecuencias. Como esos giros imprudentes en plena carretera, parece más una reacción impulsiva que una solución planificada.

Así como el exceso de velocidad en moto puede terminar en tragedia, una política apresurada, sin estudios ni estrategia, corre el riesgo de estrellarse contra la realidad del caos vial hondureño. Y, más aún, irse de bruces en la curva del populismo… de izquierda y de derecha.

¡Y es que el gobierno acaba de descubrir que los motociclistas existen! Y que hay muchas muertes producto de accidentes viales en donde las motos son el común denominador.

A seis meses de las elecciones generales, el anuncio suena menos a política pública y más a campaña electoral sobre dos ruedas.

La medida dispone la entrega de 50 millones de lempiras vía Copeco y en coordinación con la Secretaría de Seguridad para dotar a motociclistas de escasos recursos con implementos de seguridad.

Casco, chaleco, retrovisores y luces. Pero, otra vez, el problema no es el casco: es lo que este intenta proteger. Y no hablo solo del cráneo, sino de la conciencia colectiva.

Es cierto que los accidentes en motocicleta se han incrementado. Lo sabemos por los titulares rojos, los reportes forenses y los videos virales de imprudencias filmadas con más morbo que prevención. Pero ¿de verdad vamos a creer que repartir cascos es la solución estructural?

Darle a un motociclista un kit de seguridad sin educación vial es como el trillado dicho de no le des el pescado, enséñale a pescar…

¿En qué gaveta del Congreso duerme la normativa que regula la velocidad en carreteras? ¿Cuándo hablaremos del pésimo estado de las calles o del colapso del transporte público que obliga a miles a subirse a una moto sin siquiera haber tomado un curso básico de conducción?

Cascos, el nuevo insumo de la bolsa solidaria

El anuncio presidencial, disfrazado de inversión para la vida, se parece más a una nueva versión de la bolsa solidaria con casco incluido.

¿A quién se le comprarán los insumos? ¿Qué empresas serán beneficiadas? ¿Se licitará o se adjudicará de dedo? ¿Qué ciudades o departamentos se priorizarán? ¿Quiénes decidirán a quién se le entregará el equipo? ¿Cuáles serán los criterios de selección? ¿Estilo placas del IP? ¿Y por qué COPECO? ¿Desde cuándo una institución que debería prevenir desastres naturales es experta en prevenir accidentes de tránsito?

Se habla de reglamentar la medida en 72 horas. Pero lleva años sin reglamentarse la conciencia. A estas alturas, el problema no son los accesorios que faltan, sino el sentido común que no abunda.

Lo que estamos viendo no es política de seguridad vial, es populismo en carretera.

Lamentablemente, en Honduras el cuarto año en el poder no es para gobernar, sino para hacer campaña.

El foco que debería encenderse no está en el manubrio, sino en Casa de Gobierno.