OPINIÓN | Puentes construidos con clara de huevo

por Yanivis Izaguirre |

OPINIÓN | Puentes construidos con clara de huevo
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Tegucigalpa, Honduras. “¡Más obras, más desarrollo! Con la inauguración del puente Guacirope en Nacaome, Valle, damos un paso histórico en la reconstrucción de Honduras, impulsamos la economía y marcamos un nuevo capítulo en la unidad regional”, publicó el fin de semana el gobierno de Honduras en sus cuentas oficiales en redes sociales.

Horas antes de la inauguración de este puente, otro se venía abajo. ICN Digital informaba del colapso de la estructura que conduce de la colonia 21 de Octubre al Anillo Periférico de la capital.

Y, años antes, en 2020, el gobierno del expresidente Juan Orlando Hernández autorizaba a Inversiones Estratégicas de Honduras, Invest-H, a comprar 620 metros lineales de estructura tipo Bailey para 20 zonas del país, destinados a la construcción de puentes, como respuesta a los daños causados por las tormentas tropicales Eta e Iota.

Se realizaron “contrataciones directas para construcción, reparación y mantenimiento de obras de infraestructura debido al paso de los huracanes. Una nueva carta blanca para saquear el erario público; 137 millones de lempiras se fueron en puentes sobrevalorados”, recoge el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) en el fotolibro “Monumentos de la corrupción”, publicado en 2024.

Algunos vestigios de esos “620 metros lineales de estructura tipo Bailey” se pueden ver hoy en día, desperdiciados y con toda una vegetación creciendo sobre ellos.

Serían puentes Bailey provisionales, provisional… hasta que se los lleve la lluvia, el viento o el paso de los años.

En Honduras se construyen puentes, pero se caen. Además, la vulnerabilidad ante el desbordamiento de ríos es una realidad en el territorio nacional; solo en la capital, los puentes Carías, Soberanía, Mallol, Estocolmo, Juan Ramón Molina y Bailey -por citar algunos- son inhabilitados debido al riesgo que representan las aguas del río Choluteca.

Pero no solo son puentes, la infraestructura ha sido vista en Honduras como la gallina de los huevos de oro, a través de millonarios proyectos que -más que ser útiles para la población- han servido para llenar los bolsillos de unos cuantos, gracias al negocio de la construcción.

Polvo eres: de las escrituras a la infraestructura

Pero aquí todo se reduce a culpas repartidas y, luego, olvidadas, entre quienes los inauguraron, qué entidad los financió y en qué gobierno se construyeron.

Nadie se pregunta ni por el dinero soterrado ni por las vidas que pueden poner en peligro, pues todo queda atrapado en los escombros de la política.  

Lo cierto es que un puente con diez años de uso se vino abajo, posiblemente por “fallas de diseño”, según el secretario de Infraestructura y Transporte.

Paradójicamente, en otros rincones de la red social X, la cuenta HistoriadeHonduras.eth, del historiador Daniel Vásquez, acaba de publicar el siguiente mensaje: “¡Viva el puente Mallol! La última obra de la infraestructura del Imperio Español en Tegucigalpa está todavía de pie, después de casi 204 años. Un albañil lo construyó, junto a las comunidades indígenas de Comayagüela, utilizando clara de huevo como parte de los materiales”.

Esperemos que el resto de la infraestructura en cuanto a puentes no se convierta en polvo, porque así como en Valle celebran la inauguración del puente Guacirope, que costó 540 millones de lempiras, en algunos lugares de Comayagua, Santa Bárbara, Atlántida, Colón, El Paraíso y Francisco Morazán la población contempla años después sus “puentes provisionales” y se pregunta cuándo cederán.

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