¿No era acaso la declaratoria de agente diplomático “non grato” lo que procedía contra la embajadora Dogu ordenando su salida del país?… Los Estados Unidos de América ya lo han hecho y lo continúan haciendo con otros países acreditantes
¿No era acaso la declaratoria de agente diplomático “non grato” lo que procedía contra la embajadora Dogu ordenando su salida del país?… Los Estados Unidos de América ya lo han hecho y lo continúan haciendo con otros países acreditantes

¿Quién asesora a Iris Xiomara Castro Sarmiento?

La sorprendente como insólita decisión de la Presidente de la República mantiene emocional y mentalmente revuelta a la ciudadanía entera, y desde luego a la comunidad internacional, tras anunciarse la denuncia ya materializada de la terminación del Tratado de Extradición suscrito entre Honduras y los Estados Unidos de América.

No pretenderemos “enrollarnos” en discutir si las declaraciones de la embajadora Dogu sobre el reciente viaje de autoridades civiles y militares a Venezuela tienen o no razón de ser. Tampoco vamos a cuestionar o valorar la justificación de tal viaje y lo positivo o negativo de sus resultados.  Igualmente nos abstendremos de distraernos discutiendo si la denuncia del Tratado para darlo por terminado debe o debió pasar por la aprobación del Congreso Nacional. Lo que debe interesarnos y hasta preocuparnos son los efectos de la irreflexiva decisión tomada por Xiomara y tratar de interiorizar en los posibles móviles que estarían detrás de esa decisión.

Las extradiciones a los Estados Unidos de América de un número considerable de personajes vinculados con la narco actividad, inclusive desde el Estado y posteriormente sentenciados y purgando condena, ha contribuido a disminuir -no eliminar- el accionar y la influencia de un sector que sin renunciar a esas actividades querrán seguir asegurándose desde nuestro terruño el fruto de las mismas y frenar por cualquier medio que la justicia que no les ha podido alcanzar en nuestra nación, al final les alcance en el exterior tras las extradiciones que se le aplique, particularmente en el país del norte.

Es indudable que con el intervencionismo evidente y reiterativo de la embajadora Dogu en asuntos del Estado de Honduras no hace otra cosa que violar el Convenio de Viena sobre la Relaciones Diplomáticas y propenden a generar desestabilización del Estado. Han sido muy constantes su participación y manifestación en muchos asuntos que son propios y privativos de los hondureños Y ello ha sido muy cuestionado por muchos e indebidamente justificado por otros. Lo cierto es que esa conducta es censurable y sancionable al tenor de las limitaciones que la Convención de Viena impone a los agentes diplomáticos en los países receptores.

Y esa sacudida emocional y mental que nos ha dado Xiomara con su desafortunada decisión nos ha llevado a formularnos las siguientes preguntas.

¿No era acaso la declaratoria de agente diplomático “non grato” lo que procedía contra la embajadora Dogu ordenando su salida del país?… Los Estados Unidos de América ya lo han hecho y lo continúan haciendo con otros países acreditantes.

¿Pudo acaso adoptar otra medida diferente, en lugar de la denuncia del Tratado de Extradición? En este caso, sin conocer nosotros su contenido, pudo (por ejemplo) revisarse el Tratado de Cooperación Militar entre estos dos países, para restringir cualquier injerencia militar como las que se podrían dar -para el caso- con las visitas del Comando Sur a nuestra nación, donde la ciudadanía solo recibe un informe escueto -real o maquillado-de las mismas.

¿Es acaso que la denuncia del Tratado va más bien encaminado a desestimar algunas eventuales solicitudes de extradición de personajes emparentados o al menos con una estrecha amistad con el gobierno mismo? Recordemos que en los juicios en New York en múltiples ocasiones se mencionaron los nombres de varios políticos y no políticos, al igual que sucedió con el nombre Juan Orlando Hernández Alvarado.

¿Será que las declaraciones de la embajadora Dogu -quien continuamente se pasa de deslenguada- fueron premeditadamente estimuladas y dirigidas con la interrogante que se le formulara sobre la reciente visita de alguna de nuestras autoridades a Venezuela; tan solo para tener un pretexto para denunciar el Tratado de Extradición “con otros fines”?…  Los periodistas no deben formular interrogantes ni dar participación a diplomáticos extranjeros sobre asunto propios del Estado de Honduras, su gobierno y su soberanía… el hacerlo es facilitar el intervencionismo proscrito en la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas.

Esta decisión definitivamente desafortunada de la Presidente pone incuestionablemente en riesgo nuestra seguridad personal y colectiva respecto a la amenaza que representa la ahora seguridad e impunidad de quienes no se considerarán extraditables como consecuencia de la denuncia del Tratado de Extradición.

Xiomara, con su desafortunada decisión personal o compartida en su gobierno, no ha hecho otra cosa que extender administrativamente “cartas de libertad” a posibles extraditables; con las que algunos podrán fácilmente desfilar por la próxima pasarela eleccionaria.

¿Cuál pudo ser el verdadero móvil de tal decisión… se meditó seriamente acaso sobre el efecto político y social de las mismas? Dios salve a Honduras.

Agosto 29, 2024