Operación Trapiche revela estrategia de Hezbollah, Irán y narcotráfico
Brasilia, Brasil.- La Operación Trapiche de la Policía Federal brasileña reveló nuevas conexiones internacionales de Hezbollah, la Fuerza Quds de Irán y mafias del narcotráfico. Entre los hallazgos se encuentra Nazem Said Ahmad, uno de los terroristas más buscados por Estados Unidos, con recompensa de 10 millones de dólares. Ahmad financió a Hezbollah a través del comercio de diamantes de sangre y posee una amplia colección de arte.
Martín Verrier, secretario nacional de Lucha contra el Narcotráfico de Argentina, advirtió en Roma sobre la convergencia entre crimen organizado y terrorismo en América Latina. Señaló que ambos mundos se entrelazan y adoptan tácticas terroristas para beneficio mutuo, generando un impacto significativo en la región.
En Brasil, la Justicia Federal de Belo Horizonte aceptó denuncias contra Mohamad Khir Abdulmajid, alias Habibi, y Hussein Abdallah Kourani por blanqueo de capitales y apoyo a Hezbollah. Abdulmajid se dedicaba al contrabando de cigarrillos electrónicos y financió atentados con empresas ficticias. Kourani adquirió billetes a Líbano para otros implicados en la red.

Crimen organizado y terrorismo convergen mediante blanqueo, criptomonedas y logística internacional
Otro acusado, Dante Felipini, operaba con criptomonedas y lavó dinero del narcotráfico para el PCC y mafias internacionales. Entre 2022 y 2023, convirtió millones de reales en criptomonedas a pedido de Abdulmajid. Israel confiscó posteriormente fondos de Hezbollah y la Fuerza Quds vinculados a estas operaciones.
Irán también opera en Brasil mediante agentes de la Fuerza Quds, como Majid Dastjani Farahani y Hasan Izadi, quienes establecieron redes de informantes en Brasil, Bolivia y Ecuador. Estas redes incluyen la Universidad Internacional Al-Mustafa en Venezuela, sancionada por Estados Unidos y Canadá, que actúa como red de reclutamiento internacional.
Medios brasileños denunciaron además intentos de Irán de evadir sanciones mediante la importación de urea iraní, utilizando documentación falsificada y puertos controlados parcialmente por el PCC, lo que evidencia la combinación de terrorismo, narcotráfico y corrupción.