Tegucigalpa. Tras la derrota en la contienda presidencial, Salvador Nasralla, del Partido Liberal, apunta a poner un diputado afín en la presidencia del Congreso Nacional, un objetivo que implicaría un mayor fraccionamiento institucional, ya que requeriría negociar con un adversario político e institucional: Libre.

Ningún partido político logrará los 65 votos de mayoría simple que se requieren para escoger a alguien de su afiliación en la presidencial del Legislativo para el periodo 2026-2030.

Como bancada mayoritaria, los nacionalistas, que contarán con 49 escaños, parecían encaminarse a una alianza con los liberales, que tendrán 41 curules, para elegir a un “cachureco” en la presidencia del Congreso y repartirse otros cargos menores de la directiva legislativa.

Pero el 26 de diciembre, Nasralla, quien sostiene que el Partido Nacional cometió fraude en las elecciones del 30 de noviembre en complicidad con el Consejo Nacional Electoral para quitarle la Presidencia, anunció que “ahora queremos el Congreso Nacional”.

“Ahora queremos el Congreso Nacional para hacer los grandes cambios que los cachurecos no van a hacer”, expresó en una transmisión por TikTok, lo que fue interpretado que buscará tener control de ese poder, lo que solo lograría si se escoge un diputado afín.

Matemáticamente, la cuenta y la estrategia podrían resultar si los 41 diputados del Partido Liberal se suman a los 35 de Libre. En ese escenario, el bloque alcanzaría 76 votos, una cifra suficiente para elegir la presidencia del Congreso Nacional y que, por primera vez, ese cargo recaiga en un parlamentario de un partido distinto al que ganó el Poder Ejecutivo.

Pero, tras la derrota a nivel presidencial, Nasralla se distanció aún más de las autoridades partidarias, profundizando una ruptura que ya venía gestándose durante la campaña y que ahora se traslada al Congreso.

 El presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal de Honduras, Roberto Contreras, reveló que la futura bancada liberal llegará fraccionada al Congreso Nacional y se dividirá en dos bloques: unos 25 diputados afines a Salvador Nasralla y otros 15 cercanos a Jorge Cálix, exprecandidato presidencial.

Esa distribución refleja el origen de las curules dentro del Partido Liberal, ya que esos 25 de los diputados electos compitieron en las primarias bajo la corriente liderada por Salvador Nasralla, mientras que otros 15 lo hicieron en la corriente encabezada por Jorge Cálix, y posteriormente ambos grupos obtuvieron un escaño en las elecciones generales.

“Los que realmente somos del partido, nos quedamos en el partido; el resto va a emigrar como palomas”, aseguró Roberto Contreras, en declaraciones que dan a entender que solo la facción vinculada a Jorge Cálix obedecerá los lineamientos del Partido Liberal de Honduras, mientras que los diputados afines a Salvador Nasralla buscarían acuerdos con otras fuerzas políticas.

Si Nasralla realizar un acuerdo con Libre, quien en este momento ostenta la presidencia del Congreso, cruzará una línea que implicaría su expulsión del Partido Liberal.

El 25 de mayo pasado, la convención liberal emitió una resolución en contra de las alianzas con Libre en todos los niveles, advirtió la diputada electa liberal Julia Talbott.

Esta resolución abarca “alianzas con alcaldes y diputados, por lo cual ningún liberal puede hacer ningún tipo de arreglo con el partido Libertad y Refundación”, remarcó Talbott.

Talbott ha culpado a Salvador Nasralla y a su esposa, Iroshka Elvir —también electa como diputada— de ser responsables de la derrota electoral, al considerar que relegaron a figuras tradicionales del Partido Liberal para dar paso a nuevos cuadros y desatendieron recomendaciones orientadas a fortalecer la campaña territorial.

El resultado presidencial confirmó una de las contiendas más estrechas desde el retorno a la democracia. Nasry Asfura, del Partido Nacional de Honduras, fue declarado presidente electo con 1,481,517 votos, equivalentes a 40.27 % del total de sufragios válidos.

En segundo lugar quedó Salvador Nasralla, del Partido Liberal de Honduras, con 1,455,169 votos, que representan 39.55 %, una diferencia de apenas 26,348 votos, es decir, 0.72 puntos porcentuales.

La candidata de Libre, Rixi Moncada, obtuvo 706,266 votos, equivalentes a 19.20 %, mientras que los demás partidos quedaron muy por debajo de esos registros.

El estrecho margen entre el primer y segundo lugar alimentó denuncias de fraude, cuestionamientos al escrutinio y reclamos por actas con inconsistencias, lo que prolongó el proceso postelectoral y mantuvo la tensión política durante semanas