Santiago de Chile, 17 oct (EFE).- En un intento de reapropiarse de un concepto que “varias veces” le achacó la prensa, la cantante chilena Mon Laferte reivindica el título de su nuevo álbum, ‘Femme fatale’. Reconoce que en los años 50 se habría “sentido mal”, pero hoy le “encanta” que se lo digan.

“En el 2025 me gusta que me digan ‘femme fatal’. Amo ser esa mujer segura, libre y que usa su sensualidad y sus encantos”, dice en una entrevista desde un hotel de la capital, donde presentó a la prensa su nuevo disco, que se estrenará el 24 de octubre.

El nuevo trabajo nace de titulares en los medios –“como ‘Mon Laferte, la femme fatale de la música’”, recuerda– pero también de su experiencia más reciente como actriz en el musical ‘Cabaret’, en el Teatro de los Insurgentes de Ciudad de México, donde representó el personaje de Sally Bowles, una mujer a la que también colgaron esta etiqueta.

“Hoy una ‘femme fatale’ sería una mujer segura, con opinión, pensante”, pero en el pasado –precisa la intérprete– “tenía una connotación negativa, era encantadora, pero siempre tenía la cosa malvada de engatusar a los hombres”.

“Encontré mi propios audios en mi teléfono hablándome a las 5 o 6 de la mañana, no sé con qué intención, pero contándome todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Eso lo puse en el disco”, cuenta la cantante, que acumula múltiples premios internacionales, entre ellos cuatro Latin Grammy.

La cantante presentó los 14 temas del álbum, tres de los cuales han sido estrenados en los últimos meses y varios de ellos con colaboraciones. Los trabajos conjuntos del álbum son con la argentina Nathy Peluso; el también argentino Mateo Sujatovich, de Conociendo Rusia; el cantautor brasileño Tiago Iorc y las mexicanas Natalia Lafourcade y Silvana Estrada.

Sobre el avance de la ultraderecha global y un eventual retroceso en los derechos de las mujeres, la artista –que se reconoce como feminista– asegura tener “miedo a que se frenen los avances”, pero también “fe en la humanidad”.

Residente en México desde hace 18 años, Mon Laferte reconoce que cada vez le cuesta más irse de Chile, su país natal, que hoy lo “valora más” y lo ve “con otros ojos, más hermoso” que cuando vivió ahí.

“No sé si estoy más vieja y más sensible, pero me dan ganas de estar más tiempo. Estoy extrañando y deseando comer cosas típicas del país, la jerga y lo que más siento en mi corazón: estar lejos de la familia”, reconoce.

Afirma que le gustaría volver a Chile para que su hijo “se empape” de la cultura de su madre y abuelos, aunque no sabe responder a cuándo se concretará su posible regreso.

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