Lucky Medina y la paradoja de la megacárcel en Islas del Cisne
by Tania Gálvez |
¿Cómo es posible que Lucky Medina, un hombre con una formación profundamente enraizada en la gestión ambiental y forestal, defienda la construcción de una cárcel en la Isla del Cisne? Medina, quien desde enero de 2022 lidera la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas, encarna una contradicción viviente: es un ecologista a cargo de un proyecto que muchos consideran una amenaza ecológica.
Isla del Cisne, decretada área de protección según documento 30-5691publicado en 1991, ha sido un santuario para la investigación y la preservación de especies únicas medida ratificada con el derecto número 128-94 del año 2022. No obstante, según Medina, no es una «zona de reserva», una declaración que resuena con controversia en los oídos de los conservacionistas. Este cambio de categorización ha abierto el camino para que se planifique una mega cárcel para 20 mil reos, un proyecto que, según críticos, se sitúa en aguas turbias.
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Medina, con su background como presidente de la Coalition for Rainforest Nations y su rol en el Consejo Nacional de Inversiones, parece tener las credenciales perfectas para entender la delicada balanza entre desarrollo y conservación. Sin embargo, su postura actual invita a una mirada más escéptica sobre qué significa «sostenibilidad» en la práctica política.
Entre sus labores destacadas se encuentra coordinar actividades masivas de reforestación y manejo de desechos sólidos, así como liderar proyectos de investigación forestal en varias regiones del país, incluso movilizó a 4,500 voluntarios bajo este propósito.
«Estamos comprometidos con el desarrollo sostenible,» ha dicho Medina, enfrentando resistencias que él describe como significativas. Pero, ¿cómo alineamos su visión de desarrollo con la construcción de una estructura que podría causar un «severo daño ambiental», según expertos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras?
¿Puede Lucky Medina justificar la construcción de una cárcel en Isla Cisne pese a las advertencias de daño ambiental?
El proyecto sigue adelante, ya en fase de licitación, y Medina asegura que se implementarán por lo menos 20 medidas para mitigar el impacto ambiental. Pero la pregunta persiste: ¿Son suficientes estas medidas para compensar la transformación de un ecosistema único?
Este juego de equilibrios donde se pondera el progreso humano frente a la conservación de la naturaleza sigue siendo un dilema global. En Honduras, con Medina al timón, este dilema adquiere un rostro y una historia que se desenvuelve bajo la atenta mirada tanto de críticos como de defensores del desarrollo sustentable.
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