A pesar de un reciente golpe en su brazo izquierdo, doña Ana no se detiene. Cada martes y viernes, se levanta a las 3 de la mañana para preparar sus rosquetes en un fogón artesanal. ¡Y lo hace con amor! FOTO: Leonel Estrada.
A pesar de un reciente golpe en su brazo izquierdo, doña Ana no se detiene. Cada martes y viernes, se levanta a las 3 de la mañana para preparar sus rosquetes en un fogón artesanal. ¡Y lo hace con amor! FOTO: Leonel Estrada

Cada vez que trabaja, produce alrededor de 900 de estas delicias.

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A pesar de un reciente golpe en su brazo izquierdo, doña Ana no se detiene. Cada martes y viernes, se levanta a las 3 de la mañana para preparar sus rosquetes en un fogón artesanal. ¡Y lo hace con amor! FOTO: Leonel Estrada.

En el tranquilo barrio Calona de Juticalpa, se encuentra una pequeña pero emblemática pastelería conocida como «Roquetes Repostería Ana».

Lo que la hace especial no es solo su delicioso producto, sino también la historia de éxito detrás de su creadora, doña Ana Matute, una mujer de 64 años que ha demostrado ser un ejemplo de valentía y dedicación a su negocio de sabores catrachos.

“La gente me pide siempre mis rosquetes para llevar y aquí (en el barrio Calona) tengo varios lugares donde vender los rosquetes. Ya tengo varios negocios colocados”, le dijo a ICN en tono suave doña Ana.

La tradición de hacer rosquetes se remonta a la abuela de doña Ana, Rosalía Aguiliano, quien comenzó este negocio hace décadas y lo mantuvo vivo hasta los 93 años.

Ana Matute no solo heredó la receta secreta de los rosquetes, sino también el espíritu emprendedor y la pasión por la repostería.

La historia de éxito de doña Ana Matute es un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la perseverancia pueden convertir una receta familiar en un tesoro nacional
La historia de éxito de doña Ana Matute es un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la perseverancia pueden convertir una receta familiar en un tesoro nacional- FOTO: Leonel Estrada.

Siente dolor, pero sigue adelante

Hace unos días doña Ana recibió un fuerte golpe en su brazo derecho que la obliga a usar un inmovilizador, pero doña Ana no se rinde, no baja los brazos, toma fuerzas, levanta la madera y la lanza al fogón artesanal.  Su semblante es como una piedra, sonríe poco y habla lo necesario.

Con su mano izquierda caliente prepara sus rosquetes. Lo hace sin prisa y sin perder la calma.

“Este negocio significa mucho para mí porque de esto vivo. Es mi todo, porque con este negocio mantengo a mi familia”, expresó la emprendedora catracha.

“Nuestra finalidad es brindarle la mejor calidad de nuestro productos”, destaco Doña Ana.

FOTO POSADA
Luego de un jornada intensa doña Ana se reuné con sus seres queridos para disfrutar de sus rosquetes y un delicioso café. FOTO: Leonel Estrada

A encender el fogoncito

Doña Ana nos contó que los martes y viernes, se levanta a las 3 de la mañana para encender el fogón artesanal y comenzar a hornear sus deliciosos rosquetes. Cada vez que trabaja, produce alrededor de 900 de estas delicias.

Con más de tres décadas sirviendo a la comunidad de Juticalpa desde el Barrio Calona, la perseverancia de doña Ana Matute ha hecho que sus rosquetes sean un tesoro local.

La historia de éxito de doña Ana Matute es un testimonio de valentía, tradición y amor por la repostería. A pesar de los obstáculos que la vida le ha presentado, sigue endulzando la vida de su comunidad con cada rosquete que elabora en su fogón artesanal.