La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) enfrenta una grave crisis presupuestaria, que está afectando de manera directa su desempeño académico y la formación de miles de estudiantes.

De acuerdo con los claustros de profesores de ocho facultades y cinco Centros Universitarios Regionales, esta problemática es constante y se ha intensificado en los últimos meses, perjudicando no solo a los docentes y administrativos, sino también a la población hondureña que depende de los servicios sociales que la universidad ofrece.

El artículo 161 de la Constitución de la República de Honduras establece que el Estado debe asignar al menos el 6% de los ingresos anuales provenientes de las recaudaciones tributarias a la UNAH.

Sin embargo, de acuerdo con las autoridades de la universidad, el gobierno aún tiene pendiente transferir unos 121 millones de lempiras correspondientes al presupuesto del periodo fiscal 2024.

Esta deuda ha generado una serie de problemas, como retrasos en el pago a proveedores, dificultades en la adquisición de equipo tecnológico y en la construcción de nuevos espacios para atender la creciente demanda estudiantil.

A pesar de que las metas de recaudación tributaria se han alcanzado e incluso superado en los últimos años, el gobierno aún no ha honrado su compromiso constitucional con la UNAH, lo que plantea serias dificultades para el funcionamiento de la institución educativa y para la comunidad universitaria en general.