Estados Unidos.- En 2025, la desinformación ha entrado en una nueva fase marcada por el intento de manipular directamente herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT, una tendencia que ya ha sido alertada por organismos internacionales y confirmada por diversas investigaciones.

El Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) advierte que estas campañas ya no solo buscan influir en la opinión pública humana, sino también en las máquinas , ante el creciente uso de chatbots como sustitutos de los buscadores tradicionales. Rusia ha sido señalada como la principal amenaza en este nuevo escenario.

Investigadores han detectado que redes de desinformación, como Pravda , intentan condicionar las respuestas de los modelos de IA mediante la saturación de contenidos falsos en internet, una estrategia que también estaría siendo utilizada por otros actores.

Narrativas favorables

Un ejemplo de esta mercantilización de la propaganda es el acuerdo firmado por la empresa estadounidense Clock Tower X con el Gobierno de Israel, por un valor de seis millones de dólares , para difundir narrativas favorables al Estado hebreo, incluyendo acciones dirigidas específicamente a influir en aplicaciones de inteligencia artificial.

La importancia de estas plataformas radica en su alcance: los generadores de IA reciben alrededor de 7.000 millones de visitas mensuales , y ChatGPT concentra cerca del 80% del tráfico, lo que convierte a estos sistemas en un canal masivo de información.

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Esta técnica, conocida como LLM Grooming , consiste en inundar la red con desinformación para aumentar las probabilidades de que los modelos de lenguaje la incorporen en sus respuestas, aprovechando el funcionamiento de los tókenes y las estrategias de posicionamiento digital.

Estudios de NewsGuard revelaron que un 33% de las consultas realizadas a diez chatbots replicaron engaños difundidos por Pravda, e incluso algunos citaron directamente a esta red como fuente legítima, lo que demuestra el impacto real de estas prácticas.

Expertos advierten que el problema trasciende las plataformas de IA y alcanza ámbitos como la Wikipedia y la investigación académica , donde también se han detectado narrativas alineadas con la propaganda prorrusa, un fenómeno que representa un riesgo grave para la credibilidad del ecosistema informativo global.