Tokio, Japón.- Japón construye un “archipiélago de misiles” en las islas Ryukyu para contrarrestar el avance militar de China. El plan acelera el mayor refuerzo defensivo del país en más de 40 años y coloca a la isla Yonaguni en el centro de la tensión regional.

Las relaciones entre Tokio y Beijing están en su punto más alto de fricción en una década. La caída de misiles chinos cerca de Yonaguni tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán en 2022 marcó un cambio de rumbo. Desde entonces, Japón instala baterías de misiles, radares, depósitos de municiones y nuevas bases militares a lo largo de 160 islas.

Tokio también despliega aviones F-35, misiles de largo alcance y expande su brigada anfibia. Este refuerzo responde al aumento de maniobras chinas y al uso de amenazas directas, incluido un reciente radar de puntería chino dirigido a aviones japoneses.

El gobierno japonés sostiene que China busca capacidad para forzar la rendición de Taiwán. Analistas militares advierten que Japón, Estados Unidos y sus aliados deben mostrar determinación para evitar cambios en el statu quo.

En Yonaguni, la presencia militar crece desde 2016. La población local vive el impacto directo: nuevos alojamientos para tropas, reuniones de seguridad y temores por una posible escalada. Algunos residentes protestan; otros piden más defensas tras avistamientos de drones chinos.

Beijing ha intentado reactivar disputas históricas al cuestionar la soberanía japonesa sobre las islas Ryukyu. Tokio, Washington y Taipéi rechazan estas afirmaciones y señalan el Tratado de Paz de San Francisco como marco legal vigente.

Dentro de Japón, el aumento del gasto militar genera debate. Jóvenes apoyan ampliamente el refuerzo, mientras generaciones mayores evocan los traumas de la Segunda Guerra Mundial. El plan militar busca alcanzar un gasto del 2 % del PIB antes de lo previsto.

La militarización también reaviva discusiones en Okinawa, donde se concentran bases japonesas y estadounidenses. Para algunos, son un blanco potencial; para otros, la única disuasión eficaz frente a China.

Los expertos advierten que Yonaguni podría volverse objetivo prioritario en caso de conflicto. Su unidad de guerra electrónica y su futura red de misiles convertirían la isla en un nodo clave para detectar y neutralizar amenazas.

El debate llegó a las elecciones locales de este año. El nuevo alcalde apoya parte del refuerzo, pero pide más transparencia para evitar que la isla quede atrapada entre potencias rivales.