La baleada es una comida que se puede degustar en la mañana, tarde o noche. Además, se puede disfrutar acompañada de cualquier bebida.
La baleada es uno de los platillos autóctonos de nuestro país. En Tegucigalpa, podés encontrar las emblemáticas «Baleadas Birichiche», ubicadas en las inmediaciones del Estadio Nacional José de la Paz Herrera. Merlin Griffith es la encargada de este puesto de baleadas que tiene más de 15 años de estar ofreciendo esta delicia catracha que cautiva el paladar de las personas.
Griffith aprendió desde muy joven a elaborar baleadas, siguiendo una tradición que viene de generación en generación.
«La baleada es para mí una palabra muy hermosa. Para nosotros, Baleadas Birichiche es una trascendencia, es una gran ganancia que hemos logrado a través de muchos años. Es un gran amor que le tenemos a ese nombre», expresó Griffith.
La necesidad fue la que orilló a esta ciudadana a seguir con la tradición, ya que, en el país, aunque las personas obtengan una formación profesional, no siempre es posible desarrollar una carrera laboral en la profesión que se ha elegido.
Griffith decidió tomar la batuta de este emprendimiento junto a su madre. Hasta la fecha, el puesto sigue en pie con una clientela fluida y ofreciendo un excelente servicio de atención sin perder el sello de calidad que les caracteriza.
«Al principio nuestro puesto estaba dentro de las instalaciones del Estadio Birichiche, pero debido a la pandemia, las autoridades decidieron sacar el puesto por que no se podía tener mucha aglomeración de personas. Seguimos aquí afuera y dándole la mejor atención a los clientes», comentó Merlin Griffith.
Cabe resaltar que fue en el Birichiche que este puesto obtuvo la fama gracias a los aficionados del fútbol, quienes después de salir del estadio lo primero que hacían era buscar las ricas baleadas para almorzar o cenar.
Este lugar ha cautivado a las personas por su sabor encantador. Día con día, Griffith y su familia buscan superar muchos obstáculos para seguir complaciendo a sus clientes que siempre las prefieren.
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Pavel Aguirre 
Fernando