Tegucigalpa. El próximo gobierno del presidente Nasry Asfura plantea la creación de una Secretaría de Vivienda o de un ente especializado que se encargue de formular y ejecutar políticas públicas orientadas a reducir el déficit habitacional del país.

Esta iniciativa será parte de los ejes de la administración del nacionalista Asfura, quien asumirá el poder el 27 de enero de 2026 tras imponerse al liberal Salvador Nasralla en una reñida elección celerada el pasado 30 de noviembre, dijo a ICN News una fuente cercana al mandatario electo.

“La intención es crear una dependencia que se encargue de impulsar proyectos habitacionales y que sea una mejor respuesta al déficit habitacional”, dijo la fuente.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción, Honduras registra un déficit habitacional de 1.6 millones de viviendas, de las cuales 940,000 corresponden a unidades que faltan por construir y alrededor de 600,000 requieren mejoras o reparaciones.

Cada año se construyen alrededor de 25,000 y 30,000 viviendas, pero para acercarse a cubrir el déficit habitacional se necesitaría construir entre 60,000 y hasta 100,000 viviendas por año, según distintos enfoques técnicos del sector de la construcción en Honduras.

La política habitacional no está a cargo de una secretaría de Estado, sino que se canaliza principalmente a través del Programa de Vivienda y Asentamientos Humanos (PVAH), que depende de la Presidencia de la República. Otras instituciones participan de forma sectorial (BANHPROVI, municipalidades), pero no son cabezas del sector.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) oficializó este 24 de diciembre la victoria de Nasry “Tito” Asfura, candidato del Partido Nacional, como presidente electo. Asfura obtuvo 1,481,517 votos, equivalentes al 40.27% del total de sufragios válidos. 

La contienda, que se hizo el 30 de noviembre, se definió por un margen extremadamente estrecho frente a su principal rival, Salvador Nasralla, del Partido Liberal, quien alcanzó 1,455,169 votos, representando el 39.53% de la votación.

Esta diferencia de apenas 26,348 votos (0.74%) marcó una de las elecciones más cerradas en la historia reciente del país. 

En un distante tercer lugar se ubicó la candidata del oficialista partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, quien sumó 706,266 votos, correspondientes al 19.19%. El resto de los votos se distribuyó entre candidatos minoritarios como Nelson Ávila y Mario Rivera, quienes no superaron el 1% de los sufragios.