Tegucigalpa – Este jueves, los conductores de varias rutas en Villa Nueva, Cortés, decidieron paralizar el servicio como protesta ante el creciente problema de extorsión. Esta acción genera inconvenientes significativos para la población, que se ha visto obligada a buscar alternativas de transporte o a decidir no movilizarse.

Causas de la protesta

Los conductores alegan que ya no pueden afrontar los pagos de extorsión exigidos por diversos grupos criminales en la región. La presión económica de estos pagos ilegales ha llevado a los transportistas a tomar medidas drásticas en un intento de visibilizar su situación.

Además, los conductores solicitan protección por parte de las autoridades y piden la implementación de operativos permanentes en las terminales de buses. Sin embargo, las autoridades de la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMCO) han señalado que la falta de denuncias formales limita su capacidad para intervenir de manera efectiva.

La Extorsión

La extorsión, que implica la coacción violenta o intimidatoria para obligar a una persona a realizar o abstenerse de realizar un acto en perjuicio de su patrimonio, ha golpeado severamente al sector del transporte en Honduras. Este ilícito no se limita al transporte, sino que afecta diversos sectores, generando un clima de inseguridad generalizada.

El Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh) alerta sobre las graves consecuencias de la extorsión, que obligan a las personas a abandonar no solo sus hogares, sino también sus trabajos y medios de subsistencia, buscando proteger su integridad física y la de sus familias.

Actualmente, los conductores y propietarios de unidades están evaluando la posibilidad de cerrar más rutas debido a la imposibilidad de continuar pagando las extorsiones. Esta situación resalta la urgencia de una solución efectiva para enfrentar el crimen organizado y garantizar la seguridad de quienes trabajan en el sector del transporte.