Poco a poco los campesinos comenzaron a molestarse con el cordón policial y a lanzar palos y piedras. "¡Queremos nuestra sede, carajo", "sólo queremos recuperar nuestra sede", gritaban.
Poco a poco los campesinos comenzaron a molestarse con el cordón policial y a lanzar palos y piedras. "¡Queremos nuestra sede, carajo", "sólo queremos recuperar nuestra sede", gritaban.

Al menos nueve personas resultaron heridas este lunes en La Paz en un enfrentamiento entre policías e indígenas durante una protesta por el control de una federación sindical, informó el gobierno boliviano.

En el choque con piedras, palos y gases lacrimógenos en las calles de La Paz, sede del gobierno, «siete efectivos policiales fueron heridos y dos civiles debido a los enfrentamientos», señaló el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, en la red social X.

«Se investiga el origen de estos actos», agregó.

Centenares de indígenas de los aguerridos sindicatos «ponchos rojos» llegaron hasta las oficinas de la federación de campesinos en La Paz.

Exigieron el desalojo de los actuales dirigentes, a quienes acusan de ser progobiernistas y de ejercer mandatos de manera ilegal.

Pero la sede sindical estaba resguardada por decenas de policías antimotines para impedir el paso.

Poco a poco los campesinos comenzaron a molestarse con el cordón policial y a lanzar palos y piedras. «¡Queremos nuestra sede, carajo», «sólo queremos recuperar nuestra sede», gritaban.

La policía comenzó a usar gases lacrimógenos para dispersarlos, lo que obligó a los manifestantes a retroceder, pero se reorganizaron a unas calles de distancia.

Videos que circulan en redes sociales muestran a campesinos derribando a un policía en su motocicleta oficial para patearlo en el piso y lanzarle piedras. A los minutos, el uniformado logra ponerse de pie.

En otras imágenes, se ve a un labriego de unos 70 años con la cabeza ensangrentada y se le escucha decir que su herida «fue por un balín» policial.

Tras la refriega, los uniformados permanecieron en el lugar, mientras muchos campesinos se venían afectados por los gases lacrimógenos. Unos fumaban intensamente, otros se restregaban los ojos y algunos usaban tapabocas de uso medicinal para respirar mejor.

Los manifestantes dijeron que volverían a intentar retomar las oficinas sindicales.

por Tania