TEGUCIGALPA.- En Honduras, cada semana seis mujeres son asesinadas. Entre 2020 y febrero de 2025, el Centro de Derechos de Mujeres (CDM) documentó 1,579 femicidios y muertes violentas de mujeres, según su “Informe sobre la situación de derechos humanos de las mujeres en Honduras”, presentado ante el Examen Periódico Universal (EPU) de Naciones Unidas. La cifra, equivalente a más de 300 asesinatos por año, refleja un patrón de violencia estructural que el Estado no logra detener.

El informe advierte que, pese a la magnitud del problema, la respuesta institucional es mínima. El país apenas cuenta con tres juzgados especializados en violencia doméstica, 33 fiscalías de protección a la mujer y 72 fiscales asignados a nivel nacional, recursos insuficientes para atender las más de 445 mil denuncias por violencia doméstica y maltrato familiar registradas entre 2021 y febrero de 2025.

La situación se agrava por la impunidad y la falta de refugios seguros. Aunque en 2024 se aprobó la Ley de Casas Refugio para Mujeres Víctimas-Sobrevivientes de Violencias, esta sigue sin reglamento, y de las 10 casas existentes, cinco están cerradas. El informe sostiene que “la atención estatal continúa marcada por prejuicios de género, la normalización de la violencia y la falta de recursos”.

Los datos son aún más alarmantes cuando se observa el impacto sobre niñas y adolescentes. El Observatorio de la Violencia de la UNAH reportó 8,676 evaluaciones médico-legales por delitos sexuales entre 2020 y 2024, el 90.5 por ciento contra mujeres y el 64.8 por ciento de víctimas entre 0 y 19 años. Además, el Sistema Nacional de Emergencias 911 recibió casi 5,000 denuncias por violencia sexual en el mismo período, el 43 % de víctimas entre 10 y 14 años.

La violencia también golpea a las mujeres de la diversidad sexual: la Red Lésbica CATTRACHAS documentó 55 femicidios de mujeres lesbianas y 69 muertes violentas de personas trans entre 2017 y 2025.

La Plataforma EPU Mujeres urge al Estado hondureño a aprobar la Ley Especial Integral contra las Violencias hacia las Mujeres, fortalecer los mecanismos de investigación y adoptar el Protocolo Latinoamericano de Investigación de Femicidios. También exige la creación de centros especializados de atención y la aplicación efectiva de las leyes ya aprobadas.

Mientras tanto, la violencia avanza más rápido que la justicia. En promedio, una mujer es asesinada cada 28 horas en Honduras, y la mayoría de los crímenes quedan impunes. El informe concluye que el país atraviesa “una emergencia nacional de derechos humanos” frente a la cual el Estado sigue respondiendo con silencio e inacción.

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