Tegucigalpa. La toma de posesión del presidente electo de Honduras, Nasry Asfura, podría realizarse en el Congreso Nacional, y no en el Estadio Nacional, como ha sido la costumbre en los cambios de mando caracterizados por montajes de gran escala y escenarios pomposos.

Fuentes del Partido Nacional consultadas por ICN News confiaron que la idea de hacer el cambio de sede es para que no haya derroche en la ceremonia y que sea corta, para que el nuevo Poder Ejecutivo trabaje como un día normal.

“Se requiere que sea austeridad, nada de más tiempo de lo que merece, que sea de dos o tres horas como máximo”, indicó la fuente.

La decidió todavía no la ha tomado el mandatario electo, pero se prevé que en los próximos días pueda resolver el asunto.

Conforme al orden constitucional, el juramento y la investidura del presidente electo se realizan el 27 de enero de cada cuatro años ante el pleno del Congreso Nacional.

El presidente del Poder Legislativo entrante, quien asume su periodo el 25 de enero, es quien toma promesa de ley del nuevo dignatario.

En la historia reciente, tras el inicio de la democracia en Honduras a inicios de los ochenta, la ceremonia de asunción se ha hecho en el ese recinto deportivo, con capacidad para 33 mil personas. Este aforo contrasta con el hemiciclo donde se realizaría el traspaso, que puede albergar a los 128 diputados y tiene una pequeña tribuna para la prensa.

En los actos hechos en el estadio se han invertido millones de lempiras del erario, principalmente porque se instala un escenario, se pinta el estadio y se costean los viajes de algunos invitados especiales.

Cualquier evento posterior —desfiles, actos culturales, concentraciones— no forma parte del acto jurídico de toma de posesión, sino de la agenda política o protocolaria del nuevo gobierno. Y en ninguna toma de posesión el gobierno ha hecho una rendición de cuentas detallada.

El Consejo Nacional Electoral emitió el 24 de diciembre declaratoria oficial de las elecciones generales, que se realizaron el 30 de noviembre, y proclamó como presidente electo de Honduras a Nasry Asfura, con el escrutinio del 98.2 por ciento de las más de 19 mil actas.

De acuerdo con el cómputo definitivo aprobado por el pleno del CNE, Asfura obtuvo 1,481,517 votos, superando por un margen estrecho a su principal contendiente, el candidato del Partido Liberal, Salvador Nasralla, quien alcanzó 1,455,169 votos.

La diferencia entre ambos fue de 26,348 votos, una brecha reducida que marcó todo el proceso poselectoral. En tercer lugar se ubicó la candidata del partido Libertad y Refundación Libre, Rixi Moncada, con 706,266 votos, seguida por Jorge Ávila, del PINU-SD, con 30,032 votos, y Mario Rivera, de la Democracia Cristiana, con 6,450 votos.

La declaratoria se produjo luego de una crisis generada por denuncias de irregularidades en el sistema de transmisión de resultados, de que no se completara el escrutinio especial y sin que se resolvieran las más de 7 mil impugnaciones.