Empresas criminales superan al gobierno e inversionistas, captando mano de obra de menores de edad
by Tania Gálvez |
La empresa criminal gana mano a mano al gobierno y a la empresa privada, y “contrata” masivamente a jóvenes y adolescentes en barrios, colonias y zonas más peligrosas del país, agenciándose la joven mano de obra acompañada de férrea lealtad. Durante años, la organización Jóvenes Contra la Violencia documentó, registró y estudió el fenómeno de los grupos criminales y sus efectos en la juventud. Ahora, después de una década de trabajo, advierte que la dinámica ha cambiado: ya no se necesita ser parte de la red criminal para servir a la misma.
El director de incidencia de Jóvenes Contra la Violencia alerta que las estructuras criminales ofrecen una “medida económica” pagada de manera mensual o quincenal a jóvenes preferiblemente entre 12 y 17 años. Esta estrategia se basa en que, a esa edad, el código penal de Honduras no contempla delito, sino infracción penal, lo que beneficia al imputado sin importar la acción. En la región de la Mosquitia, el pago es mensual, considerando que el mayor crimen en el lugar es el narcotráfico y la trata de personas.
A los jóvenes de zonas conflictivas no se les da la oportunidad de trabajar ni de emprender; es allí donde los criminales entran en la ecuación y se convierten en una forma de obtener ingresos para familias de escasos recursos. Una vez que se entra en el juego, ya no hay manera de salir, pero tampoco se consideran miembros de las estructuras criminales; para eso deben pasar por un proceso de iniciación. Es una situación compleja: si se les considera como criminales, se pierde la oportunidad de rehabilitarlos, si no se comprende la gravedad de la situación.
Es crucial entender el contexto: los jóvenes criados por adultos mayores se hacen responsables de llevar sustento a sus hogares. Según Forbes, la tasa de desempleo juvenil en Honduras en 2024 es del 11.42%, una cifra mayor a la tasa de desempleo general del país, que es del 6.4%. Este desajuste crea una base sólida para el crimen organizado.
Las estructuras criminales identificadas por DIPAMCO incluyen:
- Mara Salvatrucha
- Barrio 18
- Los Pelones
- Los Mito Padilla
- Los Benjamins
- Los Puchos
- Los Olanchanos
- El Combo Que No Se Deja
- Los M-1
- Los Aguacates
Además, los jóvenes en actividades como la venta de tortillas y el comercio ambulante son los más buscados por estas organizaciones. La situación demanda atención urgente, ya que la juventud, atrapada en un ciclo de violencia y escasez, enfrenta un futuro incierto bajo la influencia de estas estructuras criminales apunta Alemán.