El papa León XIV lanza un “llamado a la paz” a “todos los pueblos” en su primer discurso
Roma.- El nuevo papa León XIV lanzó el jueves un “llamado a la paz” a “todos los pueblos”, en su primer discurso desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano poco después de su elección.
El primer papa estadounidense y peruano de la historia llamó también a “construir puentes” a través del “diálogo”, instando a avanzar “sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros”.
“La paz esté con todos ustedes. Queridos hermanos y hermanas. Este es el primer saludo de Cristo resucitado y buen pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios”, inició.
“También quisiera que este saludo de paz, llegue hasta sus corazones, les alcance a sus familias, a todas las personas, donde quieran que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra. La paz esté con ustedes”.
El pontífice se tomó unos minutos para retomar el discurso. Momentos en los que se le vio emocionado y con lágrimas en los ojos.
“Esta es la paz de Cristo resucitado: una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante, que proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente”.
El nuevo papa recordó al papa Francisco: “Todavía conservamos en nuestros oídos a esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco, que bendecía a Roma y al mundo entero aquella mañana de Pascua”.
“Hoy me piden dar seguimiento a esa bendición. Dios nos ama. El mal no prevalecerá. Todos estamos en manos de Dios. Por tanto, sin miedo, unidos, de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante”.
“Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita una vía hacia Él, un puente para ser alcanzados por Dios y su amor. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes, a través del diálogo y el encuentro”.
“Unámonos todos para ser un solo pueblo, en un único mundo” y agradeció al papa Francisco.
El papa Leon XIV continúo con los agradecimientos: “Agradezco a los hermanos cardenales que me han elegido para ser sucesor de Pedro y caminar con ustedes como una Iglesia unida, buscando siempre la unidad, la paz y la justicia, buscando trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo para proclamar el Evangelio y para ser misioneros”.