Tras varios días de tormenta en Roma, Dovbyk y Dybala se encargaron de encauzar la situación
El jugador argentino del Roma Paulo Dybala celebra el 2-0 durante el partido de la Serie A que han jugado AS Roma y Udinese Calcio en el Olimpico en Roma, Italia. EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI

El Roma apaciguó este domingo las aguas tras varios días de caos con el despido de Daniele de Rossi y la dimisión de la directora general Lina Souloukou rubricando una contundente victoria ante el Udinese (3-0), su primera alegría de la temporada en el estreno de Ivan Juric como nuevo técnico.

Estaban siendo días muy complicados en el seno del club romanista.

El despido inesperado de Daniele de Rossi provocó, pese a no haber ganado en toda la temporada, el malestar generalizado de la afición al ser una leyenda del club y el tenso clima desembocó este domingo en la dimisión de Souloukou, justo el día en el que el Roma se medía a un Udinese invicto y líder de la Serie A.

Un partido que inició en el Estadio Olímpico sin la presencia del fondo más radical de su afición, que dejó un mensaje durante la primera media hora, momento en el que ingresó en el estadio con un cántico en favor de De Rossi.

«No respetan nuestros valores y nuestras banderas, a partir de hoy volvemos a las viejas maneras», se leía en la pancarta gigante colocada en la grada vacía.

Lo cierto es que, pese a todo, fue el mejor partido del Roma en lo que va de temporada. Un buen primer partido para estrenar la ‘Era Ivan Juric’, que no pudo caer más de pie en Roma.

Tras varios días de tormenta en Roma, Dovbyk y Dybala se encargaron de encauzar la situación

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