Ricardo Ramírez del Cid: una vida de luto, escándalos y vínculos con el crimen organizado

by Fernando Guillen |

Ricardo Ramírez del Cid: una vida de luto, escándalos y vínculos con el crimen organizado

Le asesinaron a un hijo de 17 años, fue depurado de la Policía tras ser señalado de participar en la muerte de Julián Arístides González, exdirector de Lucha contra el Narcotráfico y enfrenta cargos por lavado de activos.

Tegucigalpa.-Ricardo Ramírez del Cid ha visto cómo su vida se desmorona ante el peso de los señalamientos, las tragedias personales y las acusaciones judiciales.

Nacido el 2 de octubre de 1958 en San Pedro Sula, Cortés, Ramírez del Cid se incorporó a la Fuerza de Seguridad Pública el 21 de diciembre de 1983, graduándose como subteniente. Es parte de la quinta promoción de la Policía Nacional.

Su cargo más relevante fue el de director de la Policía Nacional, pero su paso por este puesto fue efímero. Tras seis meses y medio como jerarca policial, fue destituido el 21 de mayo de 2012 por el presidente Porfirio Lobo Sosa, en medio de una crisis por señalamientos de participación de agentes en secuestros y asesinatos.

En su destitución también influyó el no haber contenido la ola de homicidios que en ese momento enfrentaba el país, la cual se calculó en 82 muertes por cada 100 mil habitantes. Fue el inicio del declive de su carrera.

La vida familiar de Ramírez del Cid también estuvo marcada por el dolor. En 2013, su hijo, Óscar Roberto Ramírez, de 17 años, fue acribillado a balazos por desconocidos en un restaurante en la colonia Lomas de Toncontín, al sur de la capital.

Ramírez del Cid señaló al entonces director de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, como el responsable del crimen.

Tras varios años de vivir esta tragedia familiar, comenzó a ser vinculado con una presunta participación en el crimen organizado.

En 2016, un informe publicado por el New York Times, basado en reportes atribuidos a la Inspectoría General de la Policía Nacional, cuya autenticidad nunca se verificó, lo mencionó como parte de un grupo de jerarcas policiales que ordenaron la muerte del director de la Lucha contra el Narcotráfico, Julián Arístides González, en 2009, y del exasesor en materia de seguridad, Alfredo Landaverde, en 2011.

Cuando Landaverde fue asesinado por sicarios motorizados en Tegucigalpa, Ramírez del Cid era el director de la Policía.

En la misma publicación se aseguró que, junto a otros altos oficiales, formaba parte del Cártel del Atlántico, una banda dedicada al tráfico de drogas.

La revelación de este escándalo hizo que el entonces presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien hoy cumple una condena de 45 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico, ordenara una profunda pero cuestionada depuración de la Policía Nacional.

En consecuencia, y tras analizar otras supuestas irregularidades cometidas por Ramírez del Cid dentro de ente armado, la Comisión Especial de Depuración y Transformación de la Policía Nacional, órgano creado para adecentar la institución, lo separó de la carrera policial en junio de 2016.

Ramírez del Cid pasó del ostracismo policial a enfrentar la justicia. La Fiscalía lo acusó de lavado de activos y, en un caso judicial diferente, entabló un proceso para despojarlo a él y a su esposa, Thelma Umaña, de sus bienes, por suponer que los obtuvieron de fuentes ilícitas.

El Ministerio Público le incautó, en febrero de 2021, activos valorados en 26 millones de lempiras, en aplicación de la Ley de Privación Definitiva de Bienes de Origen Ilícito.

En abril pasado, un juez de privación celebró una audiencia de información, a la que no asistieron ni el oficial ni su cónyuge, uno de los pasos culminantes de este proceso, con el que se pretende despojarlo de dicha fortuna. Este juicio es de carácter civil, no implica privación de libertad.

Mientras tanto, en el caso penal, la Fiscalía presentó cargos por lavado de activos contra Ramírez del Cid y Umaña.

Se les acusa de que durante 10 años (2007-2016) ejecutaron transacciones valoradas en 37 millones de lempiras, de los cuales unos 26 millones habrían sido obtenidos mediante actos criminales.

En 2020, el Ministerio Público, a través de la Operación Némesis VII, emprendió una acción para incautar 40 bienes vinculados a Ramírez del Cid, argumentando que habían sido adquiridos con fondos ilícitos.

Finalmente, el 7 de agosto de 2023, Ramírez del Cid fue capturado junto a su esposa, Thelma Umaña, acusados ambos de lavado de activos. Su detención culmina una serie de procesos legales que buscaron desenmascarar el origen de su fortuna y su participación en redes de corrupción. Así, el hombre que alguna vez dirigió la Policía Nacional se enfrenta ahora a la justicia, como un reflejo de los profundos dilemas éticos y legales que han manchado a las instituciones hondureñas.

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