Corrupción socava esfuerzos por combatir el narcotráfico en Honduras: informe de EE. UU.
por Redacción Web |

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Tegucigalpa. Honduras ha registrado un aumento en las incautaciones de drogas en los últimos meses, sin embargo, este avance en la lucha contra el narcotráfico se ve opacado por una profunda debilidad institucional y la corrupción que persiste en las estructuras de seguridad y justicia, el Informe sobre la Estrategia Internacional de Fiscalización de Estupefacientes 2025 del Departamento de Estado, un documento que analiza los esfuerzos de Honduras en 2024 frente al narcotráfico y las principales barreras que enfrenta.
Este escenario, indica el reporte, que impide que los logros en la interdicción se traduzcan en un control real sobre el crimen organizado, mientras que la impunidad sigue reinando debido a la infiltración de redes criminales en los más altos niveles del gobierno y las fuerzas del orden, lo que agrava la dificultad de combatir de manera efectiva el narcotráfico y otras formas de crimen organizado en el país.
En términos de interdicción, el informe revela que durante los primeros nueve meses de 2024, la Armada Hondureña logró incautar más de 19 toneladas métricas de cocaína en el mar, un aumento considerable respecto al año anterior.
Sin embargo, el mismo informe subraya que la falta de recursos adecuados y la descoordinación entre las diferentes instituciones de seguridad siguen siendo problemas serios que limitan la efectividad de estas operaciones. A pesar de las incautaciones, las organizaciones de narcotráfico continúan operando en el país, principalmente en áreas de difícil acceso como las regiones de Colón y Gracias a Dios, donde la presencia del Estado sigue siendo débil.
Este incremento en las incautaciones de drogas, que en principio podría considerarse una victoria, no se ve reflejado en un control efectivo sobre las organizaciones criminales que aún dominan amplias zonas del país.
El informe destaca que, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad, las capacidades institucionales son limitadas, y la falta de personal capacitado en las agencias encargadas de la interdicción agrava la situación. Las operaciones de patrullaje marítimo, en particular, enfrentan una seria falta de mantenimiento y modernización en los equipos, lo que resta eficacia a las intervenciones.
Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es la persistencia de la corrupción dentro de las instituciones encargadas de hacer frente al narcotráfico.
La reciente condena del expresidente Juan Orlando Hernández en los Estados Unidos por narcotráfico, una de las figuras políticas más influyentes del país, ejemplifica la infiltración de las organizaciones criminales en los niveles más altos del gobierno hondureño.
Según el informe, esta corrupción sistémica ha socavado gravemente los esfuerzos por combatir el narcotráfico de manera efectiva. El informe señala que, a pesar de algunos avances en la lucha contra la corrupción, la impunidad sigue siendo un problema recurrente, con pocos funcionarios de alto nivel enfrentando cargos por corrupción relacionada con el narcotráfico.
El mismo documento subraya cómo las redes de narcotráfico se benefician de la debilidad de las instituciones judiciales y de seguridad. La impunidad sigue reinando en Honduras, y el informe menciona que las leyes aprobadas recientemente, como la amnistía para exfuncionarios públicos vinculados a actos de corrupción, han permitido que aquellos involucrados en prácticas corruptas regresen a ocupar cargos públicos, lo que agrava aún más la falta de confianza en el sistema judicial y de seguridad del país. Esta situación perpetúa el círculo vicioso de impunidad y debilidad institucional.
Además, el informe resalta que el gobierno de Honduras sigue enfrentando serias dificultades en cuanto a la implementación de programas de prevención y tratamiento de las adicciones. Aunque se ha ampliado el enfoque en la prevención mediante iniciativas como el programa Gang Resistance Education and Training (GREAT), el informe señala que estos esfuerzos no son suficientes para frenar el consumo de drogas, especialmente entre los jóvenes.
El país carece de recursos adecuados para abordar el problema de manera integral, y las opciones de tratamiento para las personas con trastornos por el uso de sustancias son limitadas.
Mientras tanto, las organizaciones criminales continúan explotando las debilidades del sistema para expandir sus operaciones.
El informe destaca que el uso de embarcaciones rápidas sigue siendo un método común de contrabando, y aunque las autoridades hondureñas han intensificado los esfuerzos de interdicción, la falta de vigilancia aérea efectiva y recursos limitados en la lucha contra el narcotráfico marcan un contraste entre los esfuerzos de las fuerzas de seguridad y el poder de las organizaciones de narcotráfico.
En conclusión, el informe subraya que, aunque Honduras ha logrado algunos avances en la interdicción de drogas, la corrupción, la impunidad y la falta de recursos siguen siendo los mayores obstáculos para una lucha efectiva contra el narcotráfico.
La falta de coordinación interinstitucional y la debilidad de las instituciones encargadas de la seguridad dificultan aún más el combate contra el crimen organizado.
Para que los logros en la lucha contra las drogas no se vean opacados por estas deficiencias estructurales, el informe recomienda fortalecer las instituciones del Estado, erradicar la corrupción y garantizar que las políticas de prevención y tratamiento reciban los recursos necesarios para abordar de manera integral el problema del narcotráfico y el consumo de drogas en el país.