Contaminación del aire causa 8,1 millones de muertes
by Fernando Guillen |
EE.UU.- En 2021, la mala calidad del aire cobró la vida de 8,1 millones de personas en todo el mundo, convirtiéndose así en la segunda causa de muerte más importante, especialmente impactante entre los niños menores de cinco años, según revela el informe conjunto de UNICEF y el Health Effects Institute (HEI) de Estados Unidos.
El ‘Estado global del Aire’ (SoGA) de HEI, elaborado en colaboración con UNICEF, destaca que más de 700.000 niños menores de cinco años murieron debido a la exposición a la contaminación del aire, con 500.000 de estas muertes vinculadas al uso de cocinas con combustibles contaminantes, predominante en África y Asia. No obstante, desde el año 2000 ha habido una reducción significativa del 53% en la mortalidad infantil gracias al acceso mejorado a energía limpia.
Insalubres de contaminación atmosférica
El informe abarca datos de más de 200 países y territorios, revelando que casi toda la población mundial respira a diario niveles insalubres de contaminación atmosférica. Los principales contaminantes identificados incluyen partículas finas (PM2,5), contaminación del aire doméstico, ozono (O3) y dióxido de nitrógeno (NO2).
Además de los impactos directos en la salud, la contaminación del aire contribuye significativamente a los gases de efecto invernadero que alimentan el cambio climático. Por primera vez, el informe de este año también aborda los efectos del dióxido de nitrógeno en el desarrollo del asma infantil.
Los efectos sobre la salud son devastadores, exacerbando enfermedades crónicas y ejerciendo presión sobre los sistemas de salud y las economías globales. Los niños menores de cinco años, particularmente vulnerables, experimentan nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, asma y otras enfermedades respiratorias.
A pesar de los avances en salud materno-infantil, cerca de 2.000 niños menores de cinco años mueren diariamente debido a los impactos de la contaminación atmosférica, subrayando la urgencia de acciones concertadas. Se están implementando medidas en diversas regiones del mundo, como la vigilancia de la contaminación atmosférica, políticas más estrictas y la promoción de tecnologías limpias en el transporte.
En conclusión, mejorar la calidad del aire no solo es factible, sino crucial para proteger la salud pública global. El informe insta a la acción decisiva para reducir la contaminación del aire y mitigar sus impactos devastadores en la salud y el medioambiente.