Banda armada se habría llevado a 14 personas en Tela; familiares piden ayuda a las autoridades
by Tania Gálvez |
En el pequeño poblado de Crique Las Marías, en Tela, Atlántida, 14 personas han desaparecido en el vórtice de la violencia que se cierne sobre la región, sumiendo a la comunidad en una penumbra de miedo y desesperación. Familiares de los desaparecidos, habitantes de esta aldea, han levantado la voz contra un silencio oficial ensordecedor que acompaña este drama humano desde hace ya una semana.
Los desaparecidos, identificados entre otros como Omar Escobar, Vanessa Hernández, y los hermanos Carlos y Miguel Martínez, estaban en sus hogares, dedicados a sus labores cotidianas en los campos de palma africana. Según relatos de testigos, un grupo de hombres armados, vestidos con indumentaria militar, irrumpió en la tranquilidad del anochecer, llevándose a estas personas y dejando tras de sí el eco de su ausencia.
Destruyeron todo a su paso
No solo desaparecieron vidas en ciernes y esperanzas de retorno, sino que también destruyeron los medios de vida de estas personas, incinerando las motocicletas adaptadas para el transporte de la cosecha, un golpe bajo y devastador para la economía local.
«Ni una palabra, ni una investigación, ni un susurro de consuelo», lamenta una voz quebrada por el dolor, perteneciente a una de las familias afectadas. La impotencia se palpa en el aire mientras la comunidad observa cómo se perpetúa la indiferencia de las autoridades día tras día.
Imploran ayuda
En un acto desesperado por romper esta barrera de indiferencia, los familiares han recurrido a los medios de comunicación, buscando despertar las conciencias y movilizar a quienes pueden marcar la diferencia. Pero, por ahora, el misterio de lo ocurrido en Crique Las Marías permanece intacto, y más de cien personas han optado por abandonar sus hogares, impulsados por el terror a ser las próximas víctimas de esta oleada de violencia.
La situación en Crique Las Marías no es un incidente aislado, sino un reflejo de una crisis más amplia que aflige a muchas comunidades en regiones donde el estado de derecho es tan frágil como el rocío de la mañana. El llamado a la acción es urgente, pues cada día que pasa sin respuesta es otro día en el que la esperanza de encontrar a los desaparecidos se desvanece un poco más.