Cambia Libros es un ejemplo inspirador de cómo la pasión por la cultura y la educación puede unir a una comunidad y crear un impacto duradero

En un pequeño rincón de Santa Lucía, Honduras, un grupo de ciudadanos apasionados por la lectura y la cultura se unieron en un proyecto que iba más allá de simplemente intercambiar libros.

Conocido como «Cambia Libros», este voluntariado, encabezado por el fotógrafo Arturo Sosa, estuvo haciendo una diferencia significativa en la comunidad durante los últimos 13 meses.

La iniciativa comenzó con un objetivo claro: impulsar el turismo cultural en Santa Lucía y, al mismo tiempo, fomentar la lectura en un país donde las oportunidades a menudo parecen escasas.

A pesar de los desafíos, Cambia Libros logró intercambiar cerca de 3 mil libros y donarlos a escuelas públicas y colegios del municipio. Sosa y su equipo se reunían el primer sábado de cada mes en un esfuerzo voluntario dedicado al «derecho y deber de ser ciudadanos comprometidos».

Encuentros de Cambia Libros

Los «Encuentros de Cambia Libros», como se les llamaba inicialmente, reunían a cerca de 17 voluntarios que se apostaban en mesas distribuidas a lo largo del malecón de la laguna, preparados para intercambiar libros con los visitantes.

La magia de estos encuentros residía en la diversidad de los participantes y las temáticas de los libros disponibles. Desde literatura universal en español e inglés para niños, jóvenes y adultos, hasta libros de autoayuda y textos académicos de primaria, secundaria y universitarios, había algo para todos los amantes de la lectura.

Arturo compartió que la mayoría de las personas que donaban o intercambiaban libros eran universitarios mayores de 30 años.

Además, destacó que las escuelas beneficiadas por las donaciones se encontraban en áreas rurales, incluyendo: Escuela de la aldea El Túnel en El Chimbo, otra escuela en Chinacla, La Paz y la escuela y el colegio de Santa Lucía.

Un Proyecto de Amor a la Comunidad

A pesar de su éxito, Cambia Libros fue un proyecto arraigado en Santa Lucía. Arturo Sosa explicó que decidió iniciar el proyecto como una forma de devolver algo a la comunidad que tanto le ha dado.

Aunque ha recibido invitaciones para llevar el evento a otras ciudades, todavía no se han tomado decisiones al respecto.

El voluntariado ha dejado una huella significativa en la comunidad de Santa Lucía y, a través de su amor por la lectura y la cultura, ha demostrado cómo la pasión y la determinación pueden marcar la diferencia.

La satisfacción que sienten al recibir o entregar un libro es, según Sosa, inmensa y se traduce en un nuevo sentido de comunidad y conexión entre los participantes.

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