El proyecto de ley ha sido engavetado por dos períodos constitucionales consecutivos en el Poder Legislativo. Las trabajadoras domésticas organizadas esperan que este gobierno regule, a través de la legislación, las condiciones del trabajo doméstico.

Uno de los rubros laborales que al día de hoy es invisibilizado es el trabajo doméstico. Esta forma de empleo, que generalmente es asumida por mujeres jóvenes del interior del país, se caracteriza por suscribirse mediante contratos verbales con condiciones variables, bajas remuneraciones y hasta malos tratos en algunos casos.

La Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas de Francisco Morazán es una organización que surge en 2014 para velar por los derechos laborales de las mujeres empleadas en este sector. Eda Luna, quien se dedica a esta labor desde los 14 años, expresa: «Esta organización se plantea dos objetivos fundamentales, que son reivindicar el trabajo doméstico remunerado de una forma social y jurídica a través de una ley integral para el trabajo doméstico remunerado y la ratificación del Convenio 189 de la OIT.»

En 2015, la entonces diputada del Partido Liberal de Honduras, Yadira Bendaña, presentó una propuesta de ley para regular el trabajo doméstico, producto de la incidencia de la Red de Trabajadoras Domésticas con la Comisión Legislativa de Equidad de Género. No obstante, el proyecto no fue discutido en el pleno del Congreso Nacional. En 2018, la historia se repitió con otro proyecto de ley, que en esta ocasión no contaba con el apoyo de la Comisión de Equidad de Género, presidida por la diputada Sara Medina.

En 2020, durante el auge de la pandemia, se emitieron protocolos de bioseguridad para todo tipo de actividades económicas, excepto para las trabajadoras domésticas. «Presentamos un recurso de inconstitucionalidad para que se crearan estos protocolos porque vimos que las empresas si llamaban a sus empleadores a trabajar, les facilitaban las medidas de bioseguridad. A las trabajadoras domésticas, teniendo un salario precario, nos tocaba comprar nuestros recursos de bioseguridad. Presentamos este recurso de inconstitucionalidad pero no hubo respuesta,» afirma Luna.

«Los nudos son la Seguridad Social y el salario mínimo. Esos son los dos nudos para que no haya una ley del trabajo doméstico. Nosotras buscamos que sea una ley integral y por eso justamente estamos en este proceso de actualización de la Ley del Trabajo Doméstico Remunerado,» asegura Luna.

La Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas de Francisco Morazán ha mantenido comunicación con el diputado Ramón Barrios y la diputada Fátima Mena, a la espera de dinamizar la aprobación de este proyecto de ley. No obstante, hasta el momento el panorama para la regularización de este trabajo, tan necesario como invisibilizado, sigue siendo parco para las empleadas domésticas de Honduras.