Taxista hondureño
Don Gustavo Vásquez, se retiró hace 13 años del oficio, pero recuerdo con alegría como le cambió la vida

Fundador del icónico punto de taxis de la Kennedy y con una trayectoria impecable recorriendo las calles de la capital, don Gustavo Vásquez nos compartió su historia.

Taxista hondureño

En el Día del Taxista Hondureño, rendimos homenaje a aquellos héroes anónimos que mueven nuestras ciudades, transportando personas de un lugar a otro, muchas veces pasando desapercibidos.

Don Gustavo Vásquez es un hombre que dedicó su vida al volante y, gracias a su labor incansable, logró superarse y sacar adelante a su familia.

En 1973, comenzó su carrera como taxista, un oficio que le cambiaría la vida por completo.

Antes de esto, había trabajado como vendedor ambulante y luego como ayudante de bus, buscando siempre formas de ganarse la vida de manera honrada.

«Cuando pasé a la taxiada, ya agarraba más dinero y podía ayudarle a mi mamá y mis hermanos», recordó con una sonrisa.

El sustento de su familia

Vásquez tuvo claro desde el principio que su trabajo no solo era un medio para mantener a su familia, sino también una herramienta para el futuro.

A pesar de no haber tenido la oportunidad de estudiar, su determinación y dedicación le permitieron asegurarse de que todos sus hijos se convirtieran en profesionales.

No solo se enorgullece de su historia personal, sino que también entiende la importancia de su labor en el desarrollo del país.

«Lo que más le incomoda a uno es el desprecio de la gente, que a un taxista lo ven como que no es nada, pero yo considero que la labor del taxista ayuda mucho al desarrollo del país moviendo ese montón de gente de un lado para otro», señaló.

Antes de ser taxista, Gustavo Vásquez era vendedor ambulante y luego trabajó como ayudante de bus.

Un consejo que le sirvió para guiarse en la vida

Durante sus años en el oficio, tuvo innumerables conversaciones con pasajeros que dejaron una huella en su vida.

«Un pasajero una vez me preguntó cuántos años tenía, yo andaba entre los 19 y 20. Me dijo que tenía que ponerme una meta para cuando tuviera cierta edad, eso me hizo reflexionar», compartió.

Además de su trabajo como chofer, también fue fundador y presidente del punto de taxis de la Kennedy, donde demostró su compromiso con la mejora de la calidad del servicio.

La historia de don Gustavo Vásquez es un testimonio inspirador de cómo la dedicación y el esfuerzo en cualquier profesión pueden cambiar vidas y contribuir al desarrollo de un país.

En este Día del Taxista Hondureño, recordemos y agradezcamos a todos los que día a día trabajan incansablemente para mantener nuestras ciudades en movimiento y que, como don Gustavo, son verdaderos héroes detrás del volante.

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