El boletín número 68 del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV), adscrito al Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), registró 3,664 homicidios en territorio hondureño para el año 2022, lo que representa una tasa de 38.2 homicidios por cada cien mil habitantes. A la presentación del documento asistieron autoridades de la UNAH, el Secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, y el Director General de Medicina Forense, Miguel Osorio.

Entre los hallazgos más importantes, destaca la vulnerabilidad de las personas jóvenes adultas (20-39 años de edad), que representan el 60% (2,199 incidencias) del total de los casos del 2022. Se contabilizaron 1,050 casos de homicidios cuyo móvil fue el sicariato, y del total (3,664 muertes) de los casos, un 74.6% fueron ocasionados con armas de fuego. En cuanto a muertes autoinflingidas, en 2022 se registraron 47 suicidios mensuales, en su mayoría de hombres entre los 20 a 24 años de edad.

«La población hondureña se ha acostumbrado a vivir estas muertes violentas y nos hemos vuelto insensibles ante el fenómeno. Nos hemos deshumanizado y creemos que así como tienen que nacer así tienen que morir, de manera violenta,» acotó Migdonia Ayestas, directora del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV). «Estas muertes ocurren en todas las etapas de la vida. Cuando vemos el rostro de la violencia en Honduras, en primer lugar son los hombres, con un 91.5% de las muertes violentas homicidas, y el 8.4% son mujeres. Es en la edad productiva reproductiva donde establecemos relaciones comunitarias, donde estamos estudiando, dónde estamos trabajando y dónde estamos prestos a producir para este país, y de los 20 a los 39 años es la edad de mayor riesgo con un 60%.»

En el evento, también se presentaron cifras preliminares del 2023, correspondientes a los primeros seis meses de año actual. De enero a junio, 3,068 personas han fallecido de manera violenta, con el homicidio como principal causa de muerte en un 53.32% del total de las incidencias.

«Estos resultados nos pueden servir para desarrollar estrategias, investigaciones y trabajo en materia de comunidades, porque hay que restablecer la convivencia pacífica,» apuntó Ayestas. «Las comunidades creen que solo con más policías van a resolver los problemas de inseguridad en el país. Hay que avanzar en los temas de prevención, de rehabilitación y reinserción social desde las comunidades, por eso es importante la policía comunitaria, que tanto abogamos porque se desarrolle y se está desarrollando. Trabajar en la familia es también uno de los temas más importantes, la investigación criminal, el acceso a la justicia y que sobre todo que se judicialicen muchos de los casos.»

Los datos son producto del trabajo de la Mesa Interinstitucional de Validación de Muertes por Causa Externa, que integran la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Registro Nacional de las Personas y la UNAH.

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