Tegucigalpa. El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) reconoció este miércoles la declaratoria del Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclama a Nasry Asfura como presidente electo de Honduras, luego de un proceso electoral marcado por un margen reducido de votos y una prolongada revisión de actas con inconsistencias.

El pronunciamiento del sector empresarial se produce después de que el CNE certificara los resultados presidenciales con base en el 98.18 % de las actas divulgadas, equivalente a 18,820 de un total de 19,167, dejando 333 actas en revisión, lo que representa el 1.73 % del total.

Según la declaratoria oficial, Asfura obtuvo 1,479,822 votos, correspondientes al 40.27 %, mientras que su principal contendiente, el liberal Salvador Nasralla, alcanzó 1,452,796 votos, con el 39.53 %, una diferencia que mantuvo en tensión el proceso durante el escrutinio especial.

La declaratoria fue aprobada en sesión de pleno virtual con los votos de las consejeras propietarias Ana Paola Hall y Cossette López, y la participación del consejero suplente Carlos Cardona, ante la no asistencia del consejero propietario Marlon Ochoa, estos dos últimos representantes del gobernante partido Libre.

Ochoa se marginó del pleno luego de denunciar públicamente, en la sesión del martes, que el proceso no podía ser cerrado fue cerrado sin revisión de todas las actas con inconsistencias, señalando que al menos 333 actas con irregularidades no fueron cotejadas, pese a que —por la reducida diferencia entre los candidatos— podían tener incidencia en el resultado final.

En ese contexto, el Coheo llamó a avanzar con serenidad y responsabilidad institucional, subrayando que el país debe enfocarse ahora en la estabilidad política y en una agenda de futuro, tras un proceso que inició el 30 de noviembre y se extendió por varias semanas debido a 2,794 actas observadas por inconsistencias de las 19,167.

El sector privado organizado también expresó su disposición de trabajar con el nuevo gobierno electo en temas económicos clave, como la reactivación productiva, la generación de empleo, la atracción de inversión y el fortalecimiento de la confianza, en un escenario donde el resultado final se definió por una diferencia estrecha y bajo cuestionamientos de sectores que pedían agotar todas las revisiones pendientes.