Tegucigalpa. Desde hace más de cuatro décadas, la revista Forbes se ha convertido en la referencia mundial para medir la riqueza de las personas más adineradas del planeta.

Su célebre “lista de multimillonarios” no solo refleja quiénes poseen las mayores fortunas, sino también cómo cambian los centros de poder económico global.

La primera edición del ranking estadounidense, conocida como Forbes 400, se publicó en 1982. Cinco años después, en 1987, la revista lanzó la versión global, The World’s Billionaires, con apenas 140 nombres.

Hoy, ambas listas incluyen miles de millonarios y se actualizan anualmente, además de mantener una versión en tiempo real con los movimientos diarios de los mercados financieros.

El proceso de elaboración es exhaustivo y combina periodismo de investigación con análisis financiero.

Un equipo de más de 50 reporteros e investigadores de Forbes trabaja durante meses para identificar, verificar y valorar los activos de cada candidato.

La metodología parte de una fecha de corte, un día específico en el que se registran los precios de las acciones, las tasas de cambio y la situación de los principales activos. A partir de esa “fotografía” financiera, se estiman los patrimonios netos.

Entre los bienes considerados se incluyen participaciones en empresas públicas y privadas, propiedades inmobiliarias, obras de arte, colecciones, activos líquidos e incluso criptomonedas.

En el caso de compañías no cotizadas, se aplican múltiplos de mercado comparando con firmas del mismo sector.

De los valores estimados se restan las deudas conocidas y, cuando los datos no pueden verificarse con certeza, se excluyen del cálculo.

Aunque suele verse como un simple ranking de fortunas, Forbes también usa estas listas para mapear las tendencias económicas y los nuevos polos de poder.

Cada edición muestra el avance o retroceso de industrias, regiones y generaciones. Por ejemplo, la aparición de emprendedores tecnológicos desplazó en las últimas décadas a herederos tradicionales y magnates del petróleo.

Hoy, la lista Forbes no solo refleja quién tiene más dinero, sino también cómo cambia el mundo que lo genera.

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