Redondo se rezaga al puesto 46 y su aspiración de ser reelegido se desvanece
TEGUCIGALPA.- El presidente del Congreso Nacional de Honduras, Luis Redondo, enfrenta uno de los momentos más críticos de su carrera política. Aunque busca la reelección como diputado por el departamento de Cortés, sus resultados actuales lo ubican en el puesto número 46, lejos de los 20 diputados que esa circunscripción tiene derecho a elegir.
Redondo acumula 42,322 votos en 15,132 actas trasmitidas de 19,152, una cifra insuficiente para asegurar un escaño en la próxima legislatura. Su rezago contrasta con la influencia que ejerció durante el actual gobierno de Xiomara Castro, donde se convirtió en una de las figuras más polémicas del periodo 2022–2025.
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El diputado llegó a la presidencia del Congreso Nacional el 23 de enero de 2022, en medio de tensiones internas y un proceso ampliamente cuestionado. Su designación fue vista por amplios sectores como una imposición política y como una concesión directa a los intereses de la familia presidencial.
Polémica participación
Durante su gestión, Redondo también estuvo envuelto en múltiples controversias públicas. En más de una ocasión atacó a periodistas, a quienes acusó de “enriquecerse con dinero maldito”, declaraciones que generaron rechazo dentro y fuera del gremio. Su discurso confrontativo se convirtió en una constante en conferencias y apariciones oficiales.
Su imagen también se vio marcada por prácticas que la población consideró impropias de un titular del Poder Legislativo. Una de las críticas más frecuentes fue su presencia recurrente en los partidos de la selección nacional de Honduras en el exterior durante la eliminatoria rumbo al Mundial. En estos viajes solía ir acompañado de su pareja, algo que causó incomodidad entre sectores ciudadanos.
En territorio nacional, Redondo asistía a los encuentros de la selección tocando un bombo y rodeado de seguridad personal, una puesta en escena que alimentó percepciones de extravagancia y desconexión con la función pública. Estos episodios contribuyeron al desgaste de su imagen política.
A lo largo del periodo legislativo, su estilo fue señalado como servil hacia la familia de la presidenta, una crítica que lo acompañó desde sus primeras decisiones en el Congreso. Sus posturas y prioridades legislativas reforzaron esa percepción entre analistas y opositores.
Hoy, con los resultados electorales en mano, Luis Redondo enfrenta un escenario adverso que podría significar su salida del Congreso Nacional. Su caída en Cortés refleja el profundo desgaste acumulado durante su presidencia legislativa y marca un giro inesperado en la reconfiguración política del país
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