¿Quiénes se reunieron?: detalles del narcovideo que se mostró en la audiencia de Midence Oquelí

por Oscar Estrada |

¿Quiénes se reunieron?: detalles del narcovideo que se mostró en la audiencia de Midence Oquelí

Tegucigalpa, Honduras.- ICN Noticias conoció detalles del narcovideo que se mostró ayer en la audiencia de Midence Oquelí en Estados Unidos, donde se revela cómo narcotraficantes buscaron la presidencia del Congreso Nacional (CN) de Honduras.

En la reunión participaron Midence Oquelí Martínez Túrcios, Juan Ramón Matta Waldurraga, alguien identificado como Eduardo o “Pelón”, el diputado liberal por Santa Bárbara, Víctor Sabillón, y el narcotraficante Devis Leonel Rivera Maradiaga, conocido como «El Cachiro«.

En la plática externan situaciones sobre armas y carros blindados en una oficina de Matta Waldurraga. Esperan la llegada del diputado liberal de Olancho, Fredy Nájera.

Esta narcoreunión sucedió el 18 de enero de 2014, desde diciembre de 2013.

En ese entonces no lo sabían, pero Devis Rivera está grabado todo desde su reloj espía.
La grabación completa del narcovideo fue presentada originalmente en el juicio al diputado Fredy Nájera Montoya en 2022; el 12 de diciembre de 2024, dos años después, un fragmento del video fue presentado en la audiencia de Martínez Túrcios, es decir, ayer.

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Este video está identificado como Prueba 302-T S1 15 Cr. 378 (PGG), Documento 156-1, archivado el 23 de diciembre de 2020.

El propósito de la reunión fue para discutir sobre la estrategia a seguir para lograr que el diputado nacionalista de Colón, Óscar Nájera, fuera electo presidente del Congreso Nacional.

Detalles del video

El video arranca con «El Cachiro» hablando sobre un vehículo, una Land Cruiser amarilla blindada.
Martínez y Matta participan aclarando detalles sobre el tipo de blindaje y el propietario del vehículo. Hablan de la nueva camioneta que se compró Fredy Nájera. Matta comenta con ironía: “Lo bueno que es la política”, que le ha permitido a Nájera comprarse esa Land Cruiser.

La conversación luego deriva hacia las armas. Rivera, en un tono más enfático y confidencial, menciona que está impresionado con alguien que trabajó con Chepe Handal.


Matta pregunta si Rivera logró vender el arma, aunque no sabemos a qué arma se refiere, y Rivera responde mencionando la pistola que él mismo lleva, una 44 Magnum, de carácter comercial.

— «Es otro pedo esa animal» —dice «El Cachiro». — «Les vamos a dar a esos hijos de puta con esta animal.»

Entra Fredy Nájera a la sala y se sienta. Matta, con el aplomo del anfitrión que controla el ambiente, menciona con ligereza la “odisea” que ha pasado Nájera en el Hotel Inter.

— «Se hizo cagadas, hombre. No se ha sabido manejar el asunto» —se queja Nájera, en una mezcla de frustración y resignación, de quien ha vivido situaciones políticas críticas. Martínez y Rivera secundan su relato, mientras Matta interviene con calma, sugiriendo un plan de contingencia:

— «Si no hay plan A, tiene que haber plan B» —dice.

Pronto, el nombre de Óscar Nájera se convierte en el eje del diálogo. Para Fredy Nájera, la lealtad es clave.

— «Si ustedes se unen a Óscar Nájera, van a quedar bien con él» —les dice Rivera.

En la conversación se menciona a Roberto Turcios Fúnez, un empresario del sector de la construcción, conocido por su cercanía con figuras como el expresidente Roberto Micheletti, que fue arrestado por la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) bajo acusaciones de estafa continuada en perjuicio de 43 personas, un año después de esa reunión.

Los asistentes allí comentan que Turcios actuó de forma desesperada, buscando los acuerdos necesarios para ganar esa elección en el Congreso Nacional.

— «Lo que yo no miro correcto es que hayan (sic) usado a Roberto Turcios para eso. Roberto tiene bastantes amigos, pero nadie cree en él; no hay credibilidad en el hombre» —manifiesta «El Cachiro».

— «Y le dije: ‘Hijo de puta, Roberto aguanta tiempo’, le dije» —comenta Ramón Matta.

— «Pura desesperación» —responde Fredy Nájera.

— «¿Cuál es tu desespero?» —agrega Matta.

Los comensales de la reunión muestran frustración por cómo se han ido desarrollando los incidentes.

Ellos entienden que les resulta vital ganar la elección de ese Congreso Nacional para revertir la extradición, aprobada en 2012, que comenzará a funcionar ese año 2014.

— «Queremos alguien que sea amigo, alguien que tenga un carácter conciliador, alguien con el cual podamos platicar, que le podamos hacer una broma, que le pidamos un favor para un correligionario. Y mire, aquí el único que reúne los requisitos es don Óscar Nájera» —afirma Fredy Nájera.

Pero no todo es tan sencillo. La sombra del recién electo presidente Juan Orlando Hernández se cierne sobre ellos. Hernández, según Fredy Nájera, está tejiendo alianzas y buscando consolidar su poder a través de figuras como Mauricio Oliva y Reinaldo Sánchez, sus candidatos para presidir el Congreso.

— «A nosotros Juan Orlando nos dijo: ‘Ése es una nube negra… no puede llegar el hijo de puta'» —agrega Fredy Nájera, refiriéndose a la negativa de Hernández para nombrar a Óscar Nájera en la presidencia del Congreso.

Juntos maquinan una estrategia. No se dan por vencidos. Fredy Nájera cuenta cómo Yani Rosenthal colaboró con él en el acercamiento con Juan Orlando Hernández.

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— «A nosotros nos temblaban las rodillas, y ese hijo de puta se vino de frente y le dijo que por qué estaba aspirando a la presidencia y que él no iba a permitir eso porque ‘yo soy el presidente…'» —comenta Nájera, imitando la voz de Hernández.

— «Y tengo que gobernar» —agrega Sabillón, en tono irónico.

— «Es que Yani» —comenta Devis Rivera.

— «Es lo que le digo; ¡está con él!» —reclama Nájera.

— «Lo tiene» —concluye «El Cachiro».

Las tensiones suben de tono cuando se discuten las estrategias financieras. Matta revela que hay ofertas sobre la mesa:

— «Tres millones» —dice Matta.

— «Bueno, es correcto. Pero dan uno y medio» —amplía Nájera a la información de Matta. — «Uno lo damos mañana. Y el otro millón y medio, el día de la elección. Al pariente le pregunté delante de este hombre ayer…» —dice, señalando a Sabillón.

— «A este Roberto (Turcios)» —afirma Sabillón.

— «Tres veces: ¿Tiene usted güevos? De que si el hombre no acepta, desafiar la onda y [sic] irnos a una votación con una sola melcocha de Libre, Liberales, de PAC?» —continúa Nájera, explicando cómo el plan es desafiar a Juan Orlando Hernández, buscando la elección de la presidencia del Congreso con los votos de los partidos opositores.

— «Pero eso sí sería lo que hablamos con usted, el plan B, ¿verdad?» —pregunta Devis Rivera.

— «Claro. Trabajar a mil» —dice Nájera.

— «Y, ¿desafía o no desafía al hombre?» —quiso saber Ramón Matta.

— «Y nos dice el hombre, que nos va a pagar sesenta millones, veinte cada uno, que por aquí está el poder, y que a un presidente le puede servir un favor… chiquito o en un favor grande, nosotros no hallamos ni qué putas decir, está claro, pues, y entonces le dije: ‘Mire usted’, le dije, ‘que llegó a ser presidente del Congreso y ahora presidente de la República’… por suerte, el hombre se enredó en otra plática ahí… Y llegó Jorge Canahuati y otra gente ahí y nosotros nos cruzamos la calle y nos fuimos a la verga» —contó Nájera, su tono jocoso relajó el ambiente.

— «Al final, gracias a Dios, no quedamos en nada. Y ahí con Yani, ya nos venimos a la verga.»

Fredy Nájera reconoce que están en una encrucijada política, donde se necesita un grupo compacto y leal de diputados para poder salvar la situación. Piensan recurrir al plan B, crear «la melcocha».

— «Necesitamos cinco cachurecos o seis para tener una seguridad al cien por ciento. Es una tarea difícil, pero necesaria para evitar que la influencia de Juan Orlando se imponga sin resistencia.»

Entre risas nerviosas y bromas sobre las demandas en la corte, que para entonces ya tenían emproblemado a Fredy Nájera, el grupo reflexiona sobre su posición: deben consolidar una alianza fuerte alrededor de Óscar Nájera, sin descartar el «plan B» como salvavidas político.

Rivera, Matta y Nájera son conscientes de que están jugando con fuego, pero también saben que tienen que moverse con audacia:

— «Si nosotros no logramos el propósito, vamos a caer hundidos» —advierte Nájera, arrancando una última risa nerviosa en el grupo.

Cuatro días después de la reunión en la oficina de Matta Waldurraga, grabada por «El Cachiro» y presentada como prueba en el juicio de Fredy Nájera y Oquelí Midence Martínez Túrcios, el 22 de enero de 2014, se dio la elección de la junta directiva provisional del Congreso Nacional de Honduras. Aquel fue un episodio turbulento, que desató uno de los enfrentamientos más caóticos en la historia política del país.

Lo que debía ser una sesión formal y protocolaria terminó convirtiéndose en un escenario de gritos, insultos y vandalismo.

Desde el inicio, la sesión quedó marcada por la falta de control. El encargado de instalar la legislatura, el secretario del Interior y Población Áfrico Madrid, abrió la sesión con una invocación religiosa y el Himno Nacional, pero no pudo mantener el orden por mucho tiempo.
Los diputados del Partido Libertad y Refundación (Libre), encabezados por el expresidente Manuel Zelaya, hicieron oír su descontento desde el primer momento.

Zelaya y su bancada, que participaban por primera vez en el Congreso, intentaron frenar la juramentación de la junta provisional, denunciando que no les permitió presentar su propuesta alternativa en alianza con el Partido Anticorrupción (PAC) y el Pinu.

«Una sola melcocha», como lo describió Fredy Nájera.

En respuesta, los diputados de Libre arremetieron con golpes a los curules, silbidos y gritos ensordecedores. La situación se tornó aún más caótica cuando Yester Muñoz, diputado de Libre por Lempira, arrancó la campana de bronce que usa la presidencia para llamar al orden, la pisoteó sobre el podio y lanzó consignas en protesta.

Durante el enfrentamiento, seis micrófonos fueron destruidos y parte del mobiliario del hemiciclo quedó destrozado, en un acto que fue calificado de vandálico por los demás partidos políticos.

Mientras tanto, el nacionalista Reynaldo Sánchez había presentado su moción para integrar la junta provisional, proponiendo a Mauricio Oliva como presidente, Gladis Aurora López como vicepresidenta y Mario Pérez como secretario.

Ante la falta de aparatos electrónicos para la votación, Sánchez sugirió que el proceso se realizara levantando la mano, lo cual encendió aún más la indignación de Libre, que insistía en que se les permitiera presentar su propia planilla.

Madrid, sin ceder a la presión, negó la palabra a los diputados opositores argumentando que no se podía interrumpir una moción en curso.

A pesar de los gritos y el tumulto, la moción de los nacionalistas fue aprobada, lo que provocó aún más desorden.

Los diputados de Libre, con la mano izquierda extendida, entonaron el Himno Nacional en señal de protesta y corearon consignas como “se acabó la fiesta” y “hay oposición”.

Algunos diputados del Partido Liberal y del oficialista Partido Nacional, al ver la intensidad del conflicto, optaron por salir del hemiciclo, dejando a la bancada de Libre prácticamente sola en su protesta.

El Partido Anticorrupción (PAC), encabezado por Salvador Nasralla, decidió no involucrarse en el zafarrancho.

Aunque permanecieron en sus curules, los diputados del PAC dieron la espalda durante la votación en señal de rechazo a lo que calificaron como un acto dictatorial. Luis Redondo, diputado del PAC, dejó claro que no existía alianza con Libre, pero sí una intención de conformar una oposición constructiva.

Por su parte, los liberales, a través del diputado Marco Antonio Andino, justificaron su apoyo a la propuesta del Partido Nacional como un acto necesario para garantizar la gobernabilidad del país.

Andino intentó defender su posición, pero fue interrumpido por los gritos de Libre, quienes lo tildaron de traidor. A pesar de esto, la junta provisional quedó finalmente instalada. Mauricio Oliva resultó electo para presidente del Congreso Nacional por ocho años.

Óscar Nájera se retiró de la política en 2022, actualmente vive en Colón. Los conspiradores que buscaron para él el puesto de Oliva fueron extraditados uno a uno. El último de la lista, hasta el momento, fue Oquelí Midence Martínez Túrcios, el amigo de todos.

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