Sin mostrar pruebas, Libre desacredita el TREP, que ya había aceptado
Tegucigalpa. Sin mostrar evidencias, el partido Libre acusa un “hackeo” al sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y rechaza su utilización para las elecciones generales pese a que el mismo había respaldado el mecanismo meses atrás.
El discurso sostiene que no reconocerán los datos de tendencias en el nivel presidencial que el Consejo Nacional Electoral (CNE) divulgue con base en la transmisión preliminar prevista para unas tres horas después del cierre de urnas y que solo aceptarán las actas físicas en poder de sus fiscales.
Libre, en el poder, argumenta que la supuesta manipulación del sistema ha sido obra del bipartidismo, en referencia al Partido Nacional y al Partido Liberal, institutos que, al igual que esta organización política, tienen representación en el pleno del CNE.
Esta postura es vista por la oposición como una preparación anticipada para no admitir una eventual derrota, especialmente porque el partido de gobierno había defendido públicamente el TREP cuando se resolvió eliminar la intervención humana del mecanismo y que originalmente permitía una segunda transcripción manual de datos.
El viraje comenzó luego del primer simulacro del TREP realizado el 10 de noviembre, cuando la dirigencia de Libre afirmó que la prueba demostraba fallas críticas.
Ese día, el CNE ejecutó un simulacro nacional de transmisión de actas en el que solo 1,556 de las 4,362 actas previstas lograron transmitirse, equivalente a 35.7 % del total. Además, únicamente 23.7 % de los dispositivos de conectividad lograron enlazarse correctamente con el sistema central, según los reportes técnicos divulgados después de la prueba.
A partir de ese simulacro, Libre endureció su postura y comenzó a rechazar abiertamente el TREP. Marlon Ochoa, comisionado propietario ante el Consejo Nacional Electoral, de Libre, declaró que los fallos constituían “evidencia de vulnerabilidad” y que existía riesgo de “intervención humana” en la transmisión de actas.
Después, en una concentración política, Rixi Moncada también desestimó el sistema al asegurar que el TREP “podía ser manipulado” y que su partido solo aceptaría las actas físicas provenientes directamente de las Juntas Receptoras de Votos. Para la dirigencia de Libre, el simulacro confirmó que el mecanismo preliminar no era confiable y que, por lo tanto, no debía usarse para divulgar tendencias la noche del 30 de noviembre.
No obstante, Libre no ha presentado hasta ahora evidencia técnica que respalde la afirmación de un “hackeo”. Ni Ochoa ni Moncada han detallado qué vulneración específica habría ocurrido, cuál actor la habría ejecutado o cómo habría sido comprometida la infraestructura del sistema, lo que ha generado cuestionamientos de sectores políticos y expertos en tecnología electoral.
Libre lo había aceptado
La controversia previa sobre el TREP surgió entre junio y julio de 2025, cuando la consejera representante del Partido Nacional, Cosette López, incluyó una enmienda a las bases de la licitación a efecto de que se permitiera una “segunda transcripción humana” de los datos antes de la publicación de los resultados preliminares, una etapa adicional en la que operadores del sistema podrían corregir o reescribir información de las actas transmitidas.
López defendió esta figura alegando que permitiría “corregir errores de digitación” y garantizar que los datos coincidieran con el acta física.
En contraste, el comisionado Marlon Ochoa, representante de Libre y uno de los tres consejeros propietarios del CNE, se opuso frontalmente, advirtiendo que esa segunda transcripción abría la puerta a manipulación manual de resultados y calificándola como un mecanismo “inconstitucional e ilegal”.
Debido a esa objeción, la cláusula fue retirada en la enmienda 5, aprobada el 22 de agosto de 2025, con lo que Libre aseguró públicamente que el TREP quedaba “blindado”, al eliminarse cualquier intervención humana en la fase preliminar.
El contrato fue adjudicado a la empresa Grupo ASD S.A.S., seleccionada por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
• ¿Qué es el TREP?
- Es el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares.
- Permite digitalizar, transmitir y publicar las imágenes y datos de las actas de las Juntas Receptoras de Votos.
- No es el conteo oficial, solo muestra tendencias preliminares.
• ¿Para qué sirve?
- Para que la ciudadanía conozca tendencias iniciales confiables pocas horas después del cierre de urnas.
- Para dar transparencia, ya que cualquier persona puede ver en línea las actas transmitidas.
- Para acelerar la llegada de la información desde centros de votación lejanos o sin conectividad estable.
• ¿A quién se adjudicó el TREP en 2025?
- El contrato fue adjudicado a la empresa Grupo ASD S.A.S., seleccionada por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
- Se encargará de la captura, transmisión y publicación preliminar de actas.
• ¿Por qué se dice que no es “oficial”?
- Porque el TREP no sustituye el escrutinio realizado por las Juntas Receptoras de Votos ni el conteo formal del CNE.
- Su función es informativa, no jurídica.
- Los datos oficiales solo provienen del escrutinio general que inicia después de la elección.
• ¿Cuándo se divulgarán los datos del TREP?
- Se prevé que el TREP publique los primeros resultados aproximadamente tres horas después del cierre de urnas el día 30 de noviembre.
- A partir de ese momento se irán actualizando las tendencias conforme avance la transmisión de actas.
• ¿Qué mostrará exactamente?
- Cada acta fotografiada o escaneada desde las JRV.
- Los datos numéricos transcritos.
- El estado de transmisión (recibida, con inconsistencia, ilegible, etc.).
Para las elecciones generales del 30 de noviembre están convocados más de 6.5 millones de hondureños, quienes deberán elegir presidente, diputados y autoridades municipales en un proceso marcado por tensiones políticas y cuestionamientos al sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).
En la competencia presidencial figuran cinco aspirantes oficialmente inscritos. Además de Rixi Moncada, Nasry Asfura es el candidato del Partido Nacional; Salvador Nasralla encabeza la papeleta del Partido Liberal; Nelson Ávila compite por el PINU Social Demócrata; y Mario Rivera Callejas, inscrito inicialmente por la Democracia Cristiana, terminó integrándose públicamente a la alianza que respalda la candidatura de Nasralla.
LEA: Libre pide al CNE que el TREP envíe actas en tiempo real a partidos políticos