Caracas, Venezuela.- El cierre de rutas aéreas en Venezuela ordenado por el régimen de Nicolás Maduro dejó a miles de pasajeros varados en varios continentes. La medida revocó concesiones a seis aerolíneas internacionales y amplió el aislamiento que sufren los venezolanos desde hace años. Familias quedaron separadas y cientos de viajeros perdieron conexiones sin una fecha clara para retomar sus planes.

La madrugada del jueves, venezolanos en América y Europa descubrieron que sus vuelos habían desaparecido del sistema. En Buenos Aires, Mariela Ramírez esperaba regresar a Caracas para ver a sus hijos y nietos. Al conocer la suspensión, rompió en llanto. Ahora debe tramitar una extensión de estadía mientras busca alternativas.

En Caracas, Carolina y Miguel dejaron sus maletas en el piso. Debían viajar a Madrid para conocer a su primer nieto, nacido hace pocas semanas. Todo quedó detenido por una decisión que no pueden controlar.

Rafael, otro afectado, también viajaba a España para pasar las fiestas con su hija. “Nos toca esperar”, dijo. La frase se repite entre los pasajeros que ven desaparecer rutas y conexiones que ya eran escasas.

En Madrid, veinte bailarines colombianos del colectivo Pueblo Latino duermen en el aeropuerto Barajas. Viajaban con una escala en Caracas, pero la aerolínea Estelar suspendió la ruta. No tienen alojamiento ni nueva fecha.

El régimen confirmó la revocación de las concesiones de Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol. Las empresas habían reducido sus vuelos tras la advertencia de seguridad emitida por Estados Unidos y replicada por España.

Diosdado Cabello defendió la medida en televisión estatal. “El Gobierno decide quién vuela y quién no”, dijo. También atacó a las aerolíneas: “Quédense con sus aviones”.

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Expertos advierten que los países afectados podrían responder con restricciones similares. Venezuela ya figura entre los países menos conectados de la región, afectada por años de controles, deudas y dificultades para repatriar fondos.

Hoy quedan pocas opciones para viajar: Copa, Wingo, Satena, Boliviana de Aviación y algunas rutas operadas por alianzas de Laser y Estelar. Estas también enfrentan suspensiones.

Los testimonios en aeropuertos de Buenos Aires, Caracas y Madrid muestran el costo humano. Padres que no pueden regresar, hijos que no pueden visitar a sus familias y migrantes atrapados entre fronteras. Más de ocho millones de venezolanos viven fuera del país y dependen del transporte aéreo para mantener vínculos esenciales. Cada cierre profundiza su aislamiento.