Tegucigalpa.- Después de más de dos décadas construyendo sus vidas en Estados Unidos, 72.000 hondureños y nicaragüenses enfrentan hoy un futuro incierto, la Administración del expresidente Donald Trump eliminó oficialmente el Estatus de Protección Temporal (TPS) que los había protegido de la deportación desde 1999, según un documento divulgado este lunes por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

La medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entrará en vigor 60 días después de su publicación oficial en el Registro Federal, prevista para el martes.

Según las autoridades, ambos países “ya no cumplen con los criterios necesarios para mantener la designación del TPS”.

El TPS fue otorgado a ciudadanos de Honduras y Nicaragua tras la devastación provocada por el huracán Mitch en 1998, uno de los ciclones más mortíferos del Atlántico, que dejó más de 11.300 muertos en Centroamérica. Washington justificó entonces la protección por las condiciones extremas de los países afectados.

El DHS argumenta que las condiciones han cambiado significativamente, afirmó que Nicaragua,  “es un creciente líder en turismo, agricultura y energía renovable”, mientras que en Honduras,  “nuevos proyectos de infraestructura impulsan el desarrollo económico y la creación de empleo ”.

La cancelación del TPS afectará principalmente a migrantes residentes en Florida, donde se concentra un tercio de los más de un millón de beneficiarios del programa en Estados Unidos, según datos del Congreso.

El plazo para renovar o extender el estatus expiró el pasado sábado 5 de julio, dejando a más de 50.000 hondureños y 4.000 nicaragüenses en riesgo de deportación, de acuerdo con estimaciones oficiales.

La decisión ocurre menos de dos semanas después de que la administración Trump anunciara el fin del TPS para más de 521.000 haitianos —una medida que fue bloqueada temporalmente por un juez federal—, y tras el fallo de la Corte Suprema en mayo que autorizó terminar con el estatus para 350.000 venezolanos.

Durante su mandato, Trump impulsó la eliminación del TPS para migrantes de varios países, incluidos El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Nepal y Sudán, provocando alarma entre otras comunidades amparadas por esta figura migratoria.