China registra su peor crecimiento industrial y de ventas minoristas en más de un año
Beijing, China.- La economía china mostró en octubre su desempeño más débil en más de un año, con una fuerte desaceleración en la producción industrial y las ventas minoristas, lo que aumenta la presión sobre el gobierno de Xi Jinping para aplicar reformas mientras persiste la guerra comercial con Estados Unidos. La producción industrial creció solo 4,9% interanual, lejos del 6,5% de septiembre, mientras que las ventas minoristas avanzaron 2,9%, su nivel más bajo desde agosto de 2024.
Los especialistas advierten que la economía de 19 billones de dólares enfrenta un escenario complejo con tensiones externas, baja demanda interna y un modelo industrial que ya no sostiene los niveles de crecimiento anteriores. La guerra arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump volvió a exponer la dependencia de China del mercado norteamericano y limitó la capacidad del país asiático para impulsar el crecimiento mediante exportaciones o infraestructura.

Los responsables económicos del gobierno reconocen la necesidad de un cambio estructural que fortalezca el consumo, reduzca los desequilibrios entre oferta y demanda y enfrente la elevada deuda de los gobiernos locales. Sin embargo, admiten que la transición será difícil en un contexto donde las exportaciones cayeron inesperadamente en octubre y las presiones externas continúan aumentando.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, los desafíos se intensifican por la incertidumbre global y los riesgos internos. Los analistas coinciden en que, sin estímulos significativos o reformas profundas, será complicado revertir la desaceleración. Los datos confirman que la producción industrial y las ventas minoristas atraviesan sus peores resultados en más de un año, reforzando las alertas sobre el rumbo económico de China.
Expertos advierten que, sin medidas de estímulo efectivas, el crecimiento industrial y ventas podrían seguir debilitándose en los próximos meses. La confianza empresarial muestra signos de tensión y las inversiones privadas se han ralentizado, afectando la producción y el consumo interno.
Además, los analistas financieros señalan que la presión sobre el sector exportador seguirá aumentando si la demanda externa no se recupera. Esto implica que el crecimiento industrial y ventas de China dependerá tanto de la política monetaria interna como de la evolución de los mercados internacionales.