TEGUCIGALPA.- Dormir bien no es un lujo, es una necesidad básica para que el cuerpo funcione correctamente. En Honduras, donde el ritmo de vida suele ser exigente, el descanso adecuado marca la diferencia entre un día productivo y uno lleno de agotamiento.

Los especialistas del sueño coinciden en que dormir entre siete y nueve horas ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y los problemas cardíacos.Cuando el sueño es insuficiente, el organismo se estresa y comienza a fallar en funciones esenciales.

La calidad del sueño también influye en el ánimo y la salud mental. Dormir mal aumenta la irritabilidad, eleva la ansiedad y puede desencadenar episodios depresivos. Por el contrario, una noche de descanso profundo mejora el humor y la estabilidad emocional.

Realidad nacional

En Honduras, factores como el calor, el ruido del entorno, las largas jornadas laborales y el uso excesivo del teléfono afectan el descanso. Crear un ambiente fresco, oscuro y tranquilo ayuda a conciliar el sueño de manera natural.

Mantener horarios consistentes para dormir y despertar es igual de importante que la cantidad de horas. La regularidad fortalece el reloj biológico y mejora el rendimiento físico, escolar y laboral.

Durante el sueño, el cuerpo repara tejidos, fortalece defensas y organiza la memoria. Por eso, quienes duermen adecuadamente se concentran mejor, aprenden más rápido y rinden mejor en sus actividades diarias.

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El mal sueño también influye en el peso. Dormir poco altera hormonas que controlan el apetito, lo que aumenta la sensación de hambre y la tendencia a comer en exceso.

Para mejorar el descanso, se recomienda evitar pantallas antes de dormir, reducir la cafeína en la tarde, establecer rutinas relajantes y respetar los horarios de descanso. Dormir bien es, en realidad, una inversión directa en la salud.