Estados Unidos.- Un equipo internacional de investigadores logró trasplantar por primera vez organoides renales humanos dentro de riñones de cerdo, demostrando que esta integración es viable y no provoca efectos tóxicos.

El avance representa un paso importante dentro de la medicina regenerativa y el aprovechamiento de órganos que de otro modo serían descartados.

Los organoides renales son pequeñas estructuras tridimensionales formadas a partir de células madre humanas. Aunque no constituyen un riñón completo, sí reproducen algunas de sus funciones esenciales y permiten estudiar nuevas formas de reparación tisular para pacientes con enfermedades renales crónicas.

El procedimiento experimental consistió en extraer los riñones del cerdo y conectarlos a una máquina de perfusión normotérmica, un sistema que mantiene el órgano funcionando fuera del cuerpo.

Bajo este método fue posible introducir los organoides humanos y observar su comportamiento antes de reimplantar el riñón en el animal.

Cerdos

Los investigadores comprobaron que los organoides lograron integrarse en el tejido renal del cerdo sin generar rechazo inmediato ni daños estructurales. Este resultado confirma que ambos tipos de células pueden coexistir temporalmente, un requisito clave para avanzar hacia aplicaciones médicas más amplias.

El estudio involucró a instituciones dedicadas a la bioingeniería, la investigación biomédica y los trasplantes, que unieron conocimientos para explorar si los órganos animales pueden servir como plataformas de reparación usando células humanas. El objetivo final es reducir la escasez de órganos aptos para trasplantes.

Además de aumentar la disponibilidad de órganos, los investigadores buscan desarrollar técnicas que permitan reparar tejidos dañados antes de que un órgano sea implantado en un paciente.

Esta aproximación podría mejorar la calidad de los trasplantes y disminuir el riesgo de fallas tempranas en los receptores.

El próximo paso será probar esta técnica en órganos humanos que han sido descartados para trasplante. Si los resultados se mantienen, podría abrirse el camino hacia futuros ensayos clínicos, aunque antes deberán superarse desafíos vinculados al sistema inmunológico, la funcionalidad del órgano y las implicaciones éticas de combinar células humanas con órganos animales.