Ciudades latinas de Pensilvania pueden decidir elecciones en EE.UU.
by Fernando Guillen |
Pensilvania .- Al sureste de Pensilvania se encuentra Reading, una ciudad de 100,000 habitantes donde el 70 % de la población es de origen latino. Sus votos podrían influir significativamente en las elecciones presidenciales de EE.UU. Reading forma parte del Corredor 222, que incluye localidades como Bethlehem, Allentown, y Lancaster, donde la población hispana supera el 40 %. Eddie Morán, el primer alcalde latino de Reading, destaca la importancia del voto latino en un estado considerado bisagra.
Aproximadamente 600,000 latinos en Pensilvania están llamados a las urnas el 5 de noviembre. En las últimas elecciones, la diferencia fue de solo 82,000 votos, lo que hace que cada voto cuente. Con 19 votos electorales, Pensilvania es el estado más codiciado por los candidatos.
Las dinámicas políticas han cambiado, y aunque algunos condados del Corredor 222 fueron históricamente demócratas, desde la irrupción de Donald Trump en 2016, han visto un giro ideológico.
La comunidad latina en Reading refleja diversas opiniones políticas. Ana Stahl, una residente puertorriqueña, critica la administración de Trump, mientras que otros, como el joven dominicano Badir, encuentran eco en las críticas del expresidente hacia la inmigración. En contraste, Tayron, un puertorriqueño, defiende a la comunidad latina frente a estereotipos negativos.
El Poder del voto latino en Pensilvania
La población latina de Pensilvania, que ha crecido un 40 % desde 2010, proviene principalmente de Puerto Rico, República Dominicana, México y Colombia. Su llegada ha revitalizado sectores como la agricultura y la manufactura, llevando a algunos a apodar la región como el «cinturón latino».
Esta transformación es notable en comparación con el «cinturón del óxido», que sufrió la desindustrialización y dejó a muchas comunidades en la pobreza.
A pesar de la creciente influencia política, líderes como Eddie Morán reconocen que la comunidad hispana aún enfrenta desafíos en su búsqueda de igualdad. La participación en las urnas es solo el primer paso; la integración y el reconocimiento dentro de los propios partidos también son esenciales para avanzar.