Chicago, Estados Unidos.- El gobierno de Donald Trump calificó a Chicago como una “zona de guerra” para justificar el despliegue de soldados de la Guardia Nacional, pese a dos decisiones judiciales que bloqueaban la medida y a la oposición de autoridades locales demócratas.

El presidente republicano, que mantiene una ofensiva contra la inmigración y la criminalidad, ordenó el envío de 300 soldados a Chicago, la tercera ciudad más grande del país. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió la decisión en Fox News al afirmar que la ciudad “vive una situación de guerra”, mientras que el gobernador de Illinois, JB Pritzker, acusó a la administración Trump de “querer crear caos para justificar más despliegues”.

La tensión se extendió a Portland, Oregón, donde una jueza federal bloqueó en dos ocasiones la intervención militar al señalar que “no existe insurrección ni amenaza a la seguridad nacional”. Aun así, la gobernadora Tina Kotek informó que un contingente de 101 guardias nacionales procedentes de California fue desplegado en la ciudad. El gobernador californiano, Gavin Newsom, celebró la decisión judicial y acusó a Trump de “usar al ejército como peones políticos para inflar su ego”.

Trump ha insistido en mantener su línea dura pese a las críticas. “Portland está en llamas. Hay insurrectos por todas partes”, dijo el mandatario sin aportar pruebas. Una encuesta de CBS reveló que el 58% de los estadounidenses se opone al uso de la Guardia Nacional en las ciudades, mientras que un 42% lo apoya.