Nūrgal, Afganistán.- Un sismo de magnitud 6 sacudió la noche del domingo el este de Afganistán, dejando al menos 800 muertos y más de 2.700 heridos, mientras equipos de rescate y autoridades luchan por acceder a zonas montañosas devastadas por el temblor y sus réplicas.

El epicentro se ubicó a 27 km de Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, a una profundidad de ocho kilómetros, lo que provocó graves daños en Nangarhar, Kunar y Laghman. Más de 1,2 millones de personas sintieron sacudidas fuertes o muy fuertes, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

En Nūrgal, los habitantes vivieron momentos de terror. “Las habitaciones y las paredes se derrumbaron sobre las mujeres y los niños, algunos murieron en el acto y otros fueron heridos”, relató Zafar Khan Gojar, de 22 años, desde el hospital, donde cuidaba a su hermano lesionado. En la provincia de Kunar, las aldeas más afectadas permanecen inaccesibles debido a bloqueos en las carreteras, complicando los esfuerzos de rescate.

Las autoridades afganas y la ONU movilizan recursos para atender a las víctimas, con 40 vuelos de ayuda y rescate realizados hasta ahora. “Nunca habíamos vivido nada parecido”, dijo Ijaz Ulhaq Yaad, funcionario local, describiendo los gritos de niños y mujeres durante el temblor. Muchas familias afectadas habían regresado recientemente de su exilio en Pakistán e Irán.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su “solidaridad” con Afganistán, mientras el papa León XIV declaró estar “profundamente entristecido” por las muertes. Expertos recuerdan que Afganistán se encuentra en una zona sísmica activa, especialmente en la cadena de Hindu Kush, donde en 2023 un terremoto dejó más de 1.500 muertos.

La combinación de guerra prolongada, pobreza y reducción de la ayuda internacional agrava la capacidad del país para responder a desastres de esta magnitud, aumentando la vulnerabilidad de millones de afganos.