Brasilia, Brasil.- El expresidente Jair Bolsonaro enfrenta la fase final de un juicio por golpismo que podría condenarlo a prisión este mes, una situación que mantiene dividida a la derecha brasileña y amenaza con redefinir el escenario político rumbo a las elecciones de 2026.

Bolsonaro, de 70 años, cumple arresto domiciliario preventivo mientras la Corte Suprema se prepara para dictar sentencia. Sus seguidores se movilizaron el domingo frente a su residencia, mientras en el Congreso la derecha busca aprobar una amnistía que lo exonere, aunque hasta ahora sin éxito. “Bolsonaro ya está condenado, es una persecución política vergonzosa. Pero la amnistía derribará todo eso”, aseguró el pastor evangélico Silas Malafaia, uno de sus principales aliados.

El debate parlamentario gira entre un perdón irrestricto que lo beneficie directamente y una amnistía limitada solo a simpatizantes condenados por el asalto a los poderes en Brasilia en enero de 2023. Aun si se libra de una condena, Bolsonaro debe revertir su inelegibilidad hasta 2030 impuesta por desinformación electoral.

Las divisiones se extienden al interior de su familia y de su base política. El concejal Carlos Bolsonaro acusó en redes a “ratas” que buscan heredar el capital político de su padre, mientras Flávio Bolsonaro y su esposa Michelle suenan como posibles candidatos. Eduardo Bolsonaro, desde Estados Unidos, generó tensiones al apoyar los aranceles de hasta 50% que Donald Trump impuso a las exportaciones brasileñas en solidaridad con el exmandatario, medida que Lula ha utilizado para proyectarse como defensor de la soberanía nacional.

El gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, figura como eventual rival de Lula en 2026, aunque evitó respaldar las sanciones de Trump, lo que generó choques con el clan Bolsonaro. En mensajes filtrados por la policía, Bolsonaro llegó a calificar de “inmaduro” a su hijo Eduardo, quien respondió con insultos.

La crisis recuerda a 2018, cuando Lula intentó competir pese a estar preso por corrupción y terminó fuera de la contienda que ganó Bolsonaro. “En Brasil todo puede suceder”, admitió un legislador bolsonarista, reflejando la incertidumbre en torno al futuro de la derecha.