Estados Unidos.- En un movimiento estratégico que busca consolidar su presencia global, la NFL reafirmó su apuesta por la expansión internacional de su temporada regular.

En ese contexto, Roger Goodell, comisionado de la liga, reveló que la meta con miras al futuro cercano es organizar 16 partidos internacionales al año, de modo que cada franquicia tenga al menos uno fuera de Estados Unidos.

Una táctica de crecimiento (y visibilidad) global

Durante un evento que reunió a ejecutivos y representantes de la liga en Irlanda, Goodell destacó que la internacionalización ya no es solo simbólica, sino parte esencial del plan de negocios a mediano plazo.
Entre los datos más recientes:

La NFL ya programa partidos en ciudades no estadounidenses, como Londres, Madrid, Dublín y Sao Paulo.

Jaxson Dart #6 de los New York Giants acarrea el balón para conseguir un primer down durante el último cuarto del partido contra los Philadelphia Eagles en el MetLife Stadium el 9 de octubre de 2025 en East Rutherford, Nueva Jersey.
Jaxson Dart #6 de los New York Giants acarrea el balón para conseguir un primer down durante el último cuarto del partido contra los Philadelphia Eagles en el MetLife Stadium el 9 de octubre de 2025 en East Rutherford, Nueva Jersey.

En 2026, la liga llevará su primer partido de temporada regular a Melbourne, Australia.

Además, Brasil también se sumará al circuito global: el estadio Maracaná en Río de Janeiro albergará un enfrentamiento oficial en esa misma temporada.

La NFL también tiene en agenda aumentar su presencia en Asia, aunque aún sin especificar sedes definitivas.

Estas decisiones no son solo simbólicas: representan una apuesta comercial por nuevos mercados, por fortalecer la base de fans fuera de EE. UU. y por abrir oportunidades de alianzas con medios, patrocinadores e instituciones locales.

Implicaciones deportivas (y locales)

Para los equipos, jugar fuera implica desafíos logísticos: viajes largos, adaptación horaria y compromisos con nuevos públicos. No obstante, para los aficionados de otras latitudes incluida Centroamérica y Honduras significa la oportunidad de ver en vivo equipos de élite o al menos sentir más cerca la acción del más alto nivel.

Para el fútbol americano en América Latina, estas señales fortalecen la legitimidad del deporte como disciplina con proyección internacional.

Aunque en Honduras aún no hay un calendario oficial de competencia de alto nivel reconocido por la NFL o sus filiales, el ambiente local como el de clubes aficionados o ligas emergentes puede beneficiarse del mayor interés, cobertura mediática y posibles visitas promocionales.

El camino por delante

La expansión, por supuesto, tiene sus retos: adaptar calendarios, asegurar logística segura, negociar derechos de transmisión en cada país, mantener la calidad competitiva y preservar la salud de los jugadores en rutas exigentes. Sumado a ello, existe el debate de si se puede mantener la esencia de rivalidades históricas y la “mística local” cuando los partidos se trasladan a escenarios internacionales.

Pero lo cierto es que hoy la NFL envía una señal clara: piensa en grande, visualiza el planeta como su estadio y empieza a poner casillas en el mapa global del deporte. Para seguidores del fútbol americano en Honduras, esto puede abrir puertas insospechadas a largo plazo.

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