Para Simone Biles, llegó la hora de reclamar su trono olímpico

by AFP |

Para Simone Biles, llegó la hora de reclamar su trono olímpico

La estadounidense Simone Biles desembarca en París dispuesta a consolidar su legado de mejor gimnasta de la historia y de ícono olímpico que trasciende su deporte, tanto en el triunfo como en la derrota.

A sus 27 años, la portentosa atleta quiere ampliar una rebosante vitrina en la que brillan cuatro oros olímpicos, todos ellos logrados en su estreno de Río-2016.

En los pasados ​​Juegos de Tokio se esperaba que repitiera esa colosal actuación pero terminó siendo protagonista por la forma en que afrontó un bloqueo mental que le obligó a renunciar a la mayoría de pruebas.

Biles fue víctima de un fenómeno conocido como «twisties», que provoca que las gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire y se arriesguen a malas caídas y lesiones.

La estadounidense, que había logrado una medalla de plata en el concurso general por equipos, fue capaz de volver a la competición antes de la final de los Juegos y se adjudicó un bronce en la barra de equilibrio.

Además de por sus hazañas deportivas, Biles pasó a ser también admirada por atraer la atención global hacia los desafíos de salud mental que enfrentan los atletas de élite.

Tras esta dramática experiencia, la menuda gimnasta de Columbus (Ohio) se tomó un descanso de dos años y en 2023 volvió a asombrar con una de las grandes resurrecciones de la temporada.

Más de 10.000 aficionados le dieron la bienvenida en su regreso a Chicago, donde la gimnasta confirmó que no ha perdido ni un ápice de su extraordinario talento.

«Sinceramente, me siento increíble al volver a competir. Nunca pensé que volvería a hacerlo, así que esto es una bendición», admitió Biles en una entrevista con la revista People.

– Icono global –

Su triunfo posterior en el Campeonato de Estados Unidos le abrió las puertas del Mundial de Amberes, el mismo escenario donde Biles debutó en una cita mundialista hace diez años.

Aunque la brasileña Rebeca Andrade, su gran rival en París, la derrotó en la final de salto de potro, Biles reinó en la competencia con cinco medallas, cuatro de ellas de oro (suelo, viga de equilibrio, concurso general y equipos).

Con esta cosecha acumula 23 oros mundialistas, de un total de 30 medallas, en sus seis participaciones, signo de una longevidad poco habitual en este exigente deporte.

Además de la presión de ser un ícono global, Biles ha atravesado dolorosos episodios durante su infancia y su carrera.

La pequeña Simone, que descubrió la gimnasia a los seis años por casualidad durante una excursión escolar, y sus tres hermanos tuvieron que ser enviados a un centro de acogida ante los problemas de alcohol y drogas de su madre.

Cuando ya era una figura en ciernes, la estadounidense estuvo entre las decenas de gimnastas que sufrieron abusos sexuales a manos del médico del equipo nacional Larry Nassar, condenado a décadas de cárcel por estos delitos.

En los últimos años Biles trabajó en su terapia y en una vida personal compartida con el jugador de fútbol americano Jonathan Owens, a quien conoció en 2020 en una aplicación de citas.

Owens no pudo acompañarla a Tokio debido a las restricciones por la pandemia de covid-19 pero esta vez sí recibirá un permiso de los Chicago Bears para ausentarse unos días de sus entrenamientos de pretemporada.

En París, Biles será la gimnasta olímpica estadounidense más veterana desde Marie Margaret Hoesly en 1952 y no tiene inconveniente en reconocer los desafíos de competir a su edad.

«En Río, podía hacer cualquier cosa. Era como un pequeño hámster en una rueda, siempre corriendo», recordó.

– «Mi porqué» –

En su preparación, Biles no descuida el cuidado de su salud mental siguiendo «religiosamente» sesiones semanales de terapia que, según ella, son la clave de que haya regresado a su mejor nivel.

Durante las pruebas preolímpicas, la cadena NBC estimó que Biles se había elevado más de 3,5 metros por encima de la colchoneta en una de sus volteretas del ejercicio de suelo.

La gimnasta ha convertido el doble salto Yurchenko, una maniobra tan difícil que ninguna otra mujer lo ha intentado en competición, en un elemento básico y ahora es la quinta habilidad que lleva su nombre.

«Es la atleta con más talento con lo que ha trabajado y por eso sabíamos que si conseguiría mejorar el aspecto mental tanto como el físico, entonces sería casi imposible», dijo su entrenadora, Cecile Landi.

«Nadie me obliga a hacerlo», relata Biles. «Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo… ése es mi porqué».

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