Remco Evenepoel se presenta como el favorito de la esperada contrarreloj del viernes entre Nuits-Saint-Georges y Gevrey-Chambertin, en la 7ª etapa del Tour de Francia, pero Tadej Pogacar quiere demostrar los progresos que ha venido consiguiendo en ese tipo de pruebas.

En los dos últimos años, Pogacar salió magullado de su lucha contra el crono en el Tour y ello motivó un trabajo de introspección específico en el esloveno y su equipo, para conseguir avances significativos que le hagan ser todavía más competitivo.

El viernes, Pogacar tomará la salida en la contrarreloj en último lugar, hacia las 17h00 (15h00 GMT), vestido con el maillot amarillo. Justo antes habrá partido Evenepoel, segundo en la clasificación general a 45 segundos y que confía que ese recorrido cronometrado de 25 kilómetros, entre los viñedos de Borgoña, le permitan afrontar el fin de semana como nuevo líder.

«El trazado viene perfectamente a Remco Evenepoel. Él es el favorito», insiste el español Joxean ‘Matxin’ Fernández, director deportivo de Pogacar en el equipo UAE.

Pogacar confía en esta contrarreloj para aumentar su ventaja de 50 segundos sobre su gran rival, el danés Jonas Vingegaard, ganador de las dos últimas ediciones del Tour y que llegará al viernes como tercero de la general.

En 2020, Pogacar tuvo una buena experiencia en la contrarreloj con subida final en La Planche-des-Belles-Filles al arrebatar el Tour a su compatriota Primoz Roglic en la víspera del final de la carrera. Al año siguiente la crono fue también clave, en Laval, para conquistar la ‘Grande Boucle’ de 2021, la última que hasta ahora figura en su palmarés.

– «Confort y aerodinamismo» –

Pero las experiencias más recientes en el Tour no han sido tan positivas.

En 2022, en Rocamadour, terminó tercero por detrás de Wout Van Aert y Jonas Vingegaard, que le superó en nueve segundos, pese a que el danés frenó el ritmo al final para que su compañero de equipo belga ganara la etapa.

Más doloroso es el recuerdo de 2023, entre Passy y Combloux, donde Vingegaard sobrevoló imponiéndose con 1 minuto y 38 segundos de ventaja en un recorrido de apenas 22 kilómetros.

Esas dos bofetadas hicieron que todo cambiara para él, con un trabajo específico al respecto, algo determinante ya que además de la contrarreloj borgoñesa del viernes habrá otra, potencialmente decisiva, en el último día entre Mónaco y Niza (34 km).

«He trabajado mucho la contrarreloj y sigo progresando en cada entrenamiento. Estoy muy satisfecho de la dirección que hemos tomado», afirmó el esloveno.

– «Me dolía todo» –

«Hemos cambiado para trabajar de manera diferente, pasando más horas en la bicicleta de contrarreloj», explicó ‘Matxin’ Fernández a la AFP. «Sobre todo hemos trabajado la posición para encontrar el buen equilibrio entre confort y aerodinamismo», añade el director deportivo español.

En el Mundial de agosto de 2023 en Glasgow, Pogacar tocó fondo con un 21º lugar a más de tres minutos de Evenepoel.

«La posición era demasiado extrema y me dolía todo», contó el esloveno durante el último Giro de Italia, en el que se mostró ya más convincente en las dos etapas contrarreloj en el menú: ganó la primera delante de Filippo Ganna y fue segundo en la segunda, que era muy llana, a solamente 29 segundos del especialista italiano, doble campeón del mundo de la disciplina (2020 y 2021).

«Tenía buenas sensaciones en el Giro y desde entonces hemos mejorado todavía un poco más el material, aligerando especialmente la bicicleta. Llego con mucha confianza ante Remco, pero también frente a Roglic y Vingegaard», confió Pogacar el miércoles.