El jurado ya inició el proceso de deliberación para decidir el futuro del expresidente Juan Orlando Hernández, luego de recibir las instrucciones de parte del juez Castel.
El juez Kevin Castel ordenó al jurado iniciar las deliberaciones y emitir el veredicto de culpabilidad o no culpabilidad al exmandatario hondureño.
Tras girarles instrucciones y explicarles detalladamente los cargos que se le imputan a Hernández, Castel envió al jurado a deliberar y les recordó que su veredicto debe ser “unánime” y que cuando lo tengan, le “envíen una nota”.
De igual forma, Castel mencionó al jurado que puede quedarse deliberando más allá de las 5:00 de la tarde y convocar para el viernes para dar lectura del veredicto.
Por lo anterior, la resolución final podría darse a conocer este mismo jueves o si no en los días posteriores.
En las instrucciones al jurado el juez les dijo que consideren esto: los conspiradores no suelen difundir sus planes. Una conspiración casi invariablemente se caracteriza por el secreto. Sólo necesita encontrar que el acusado participó en la conspiración con una o más personas.
Seguidamente el juez manifestó al jurado que el término “posesión” aparece en el tercer objeto de la conspiración. Para poseer, digamos que traigo algunos dulces y los dejó en el escritorio de mi adjunto. Ella sabe que debería dejarme algo; se puede decir que lo poseo. O un reloj en una caja de seguridad.
Juan Orlando Hernández enfrenta tres cargos: Conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos, con una sentencia mínima obligatoria de 10 años y una máxima de cadena perpetua.
Uso y portación de ametralladoras y dispositivos destructivos durante la conspiración para importar cocaína, y posesión de los mismos para promover la conspiración, con una sentencia mínima obligatoria de 30 años y una máxima de cadena perpetua.
Conspiración para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante la conspiración de importación de cocaína, y posesión de los mismos para promover la conspiración, con una sentencia máxima de cadena perpetua.
Pavel Aguirre 
Fernando